Esta biografía de un personaje en realidad menor se justifica por
la imagen pública que ha intentado construir de sí mismo:
la de un "refutador de charlatanes". Pero para
pretenderse guardián de la verdad y de la justicia no hay que engañar
ni quedarse con la propiedad ajena. No es el caso de Christian Sanz: sus
actitudes son un signo de identidad que profundiza la brecha entre él
y gran parte de las personas por él "denunciadas", quienes
a menudo sólo cometen el "delito" de creer o predicar
"creencias extrañas" o que él no comparte.
A LO MEJOR... UD. YA LO LEYÓ
Antes de octubre de 2002, Sanz era invitado a programas de radio
y TV, a los que solía asistir gracias a su amplia disponibilidad
de tiempo y a su fervorosa vocación por “reventar
chantas” (sic). Su presencia en los medios comenzó
a mermar a medida que fueron trascendiendo los motivos de su expulsión
de ASALUP, en particular por poner la firma bajo artículos ajenos:
hasta la fecha son
7 (siete) los plagios registrados.
Sanz es coautor de “La larga sombra de Yabrán” (Ed.
Sudamericana, 1998) con Franco Caviglia,
libro donde defiende la leyenda urbana según la cual el difunto
empresario Alfredo Yabrán estaría
tomando sol en las Bahamas. Es también autor de “La mafia
la ley y el poder” (Ed. Dunken, 1996) y de “Maten al hijo
del Presidente”, donde adhiere a la idea según la cual Carlos
Menem Jr. “fue asesinado por la mafia”. Tesis
conspiranoicas de por sí insólitas viniendo de alguien que
se jacta de su escepticismo.
En un currículum que envió a la web E-Libro.Net,
Sanz asegura haber dado clases de “periodismo de divulgación
científica” en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
A la vez, colaboró con el servicio de informaciones Seprin
(Servicio Privado de Inteligencia), un portal donde se anidan grupos
de extrema derecha, como los que promueven al ex coronel fascista Mohamed
Alí Seineldín, entre otros que usan Internet como
plataforma de campañas de desinformación. También
se ha presentado como “colaborador del Instituto de Lucha contra
la Corrupción”, sigla que -presentada así- tergiversa
la entidad real del "Instituto", que es la Comisión de
Anticorrupción del Partido Acción para la República
liderado por el ex ministro de Economía Domingo
Felipe Cavallo. En 2003, Sanz publicó el libro “Poli
Armentano. Un crimen imperfecto” (Ed. del autor).
UN ESCÉPTICO… CONSPIRANOICO
Sanz ingresó en el CAIRP (Centro Argentino para la Investigación
y Refutación de la Pseudociencia) allá por 1997, tras un
breve paso por la Fundación SPES (Servicio Para el Esclarecimiento
en Sectas), presidido por el Psicólogo José
María Baamonde (*). Había comenzado a escribir su
libro sobre el difunto Carlos Menem Jr., según la justicia muerto
en un accidente mientras piloteaba su helicóptero, y ya manifestaba
a viva voz adherir a la hipótesis de un atentado.
No ocultaba haber trabajado codo a codo con Zulema
Yoma, madre del hijo del ex presidente, al punto de reconocer haber
discutido con ella “cuál iba a ser el título de su
libro” sobre el caso. La, por decir poco, "novelera"
idea de Sanz plantea la existencia de
un complot donde no sólo Carlitos sino una larga lista de peritos,
familiares y vecinos fueron asesinados por una misteriosa mafia.
Por entonces, algunos de sus compañeros en el CAIRP le rebatieron
que -si su tesis era cierta-, él debería vivir con un guardaespaldas
a sol y sombra. La respuesta no se hizo esperar: al tiempo comenzó
a airear que “alguien” le había aflojado las tazas
a las ruedas de su auto, más o menos la idea que los Teletubbies
deben tener de un atentado. Sanz, en aquel tiempo, no sólo
jugaba a los espías y se jactaba de sus contactos con agentes de
la SIDE: también solía ostentar una falsa credencial de
la Policía Federal, a la cual decía usar “para viajar
gratis en el subte”... En su libro sobre
Yabrán, sostiene ideas conspirativas semejantes a las que
defiende en el de Menem Junior. Para apoyar el argumento según
el cual el suicidio del empresario fue simulado (es decir, reemplazado
por el cadáver de un sosías, a la sazón un linyera
“misteriosamente desaparecido”), Sanz arguye que -antes de
su "presunto suicidio"- Yabrán le regaló a su
amigo “Coco” Mouriño una novela de John
Grisham donde tenía lugar una puesta en escena semejante.
NOSTALGIAS DE TORQUEMADA
En sus participaciones en TV como “experto en sectas” o “refutador”,
Sanz, antes que exponer argumentos, descalifica criminalizando
(“delincuentes”) o insultando (“hijos
de puta”) a sus adversarios. Hijo de una astróloga, Sanz
hizo un par de cursos de ilusionismo y comenzó a presentarse como
"ilusionista". En debates televisivos, dispara clisés
del discurso anti-pseudociencias y anti-sectas en vez de apoyarse en investigaciones
propias. Algunos programas de TV (especialmente aquellos a los cuales
no les importa convocar a opinators capaces de ofrecer frases
contundentes antes que demostrar poseer algún conocimiento)
aún lo siguen invitando. En setiembre de 2002, entrevistado por
Punto
Doc (América) para un informe sobre la Escuela
Científica Basilio (ECB), Sanz dijo: “Se (la)
podría definir como una secta bastante extraña,
es una secta espiritista. Cumple con cientos parámetros que definen
a un grupo como una secta; es decir el lavado de cerebro, el discurso
de un líder autoritario...” (Sobre su inscripción
en Cultos): “Creo que hay gente que ha sido coimeada. Acá
nunca tuvimos un Secretario de Cultos que fuera honesto, si no no se entiende
que haya sectas como Escuela Científica Basilio, Niños de
Dios o la Secta Moon.
Son todos sucios, son todos delincuentes”.
Tres días después, la ECB replicó a un directivo
del canal: “Tenemos el agrado de dirigimos a Ud. (….) a los
fines de hacerle saber nuestra consternación y pena por el nuevo
ataque perpetrado a uno de los derechos humanos más elementales
cual es el de la Libertad Religiosa y/o Libertad de Conciencia (…)
manifestaciones (que) resultan tan lesivas a la dignidad de las personas
como a la superación de doctrinas totalitarias como el nazismo
y/o fascismo.” (…) “¿Puede un derecho humano
de reigambre constitucional como es la Libertad de Cultos ser atacada
por otro derecho como es la Libertad de Expresión? Quienes sostenemos
(la ECB), en su gran mayoría trabajadores, empresarios y profesionales,
¡no somos sucios! ¡no somos delincuentes! como
ligeramente ha expresado el Sr. Christian Sanz en "Punto Doc",
que conducen los periodistas Daniel Tognetti
y Rolando Graña…”
En el programa, Sanz aseguró haber recibido “varias denuncias
de damnificados” por la ECB, entre ellas de “madres de chicos
que dicen que por problemas psicológicos los tuvieron que internar.
Ellos saben que es joda, pero hay gente que sí
cree. Hay médiums que creen y hay gente que va y participa de las
sesiones y cree. El tipo que cree que se está comunicando
con un espíritu está disociando su personalidad. Y empieza
a entrar a la locura”. Sanz nunca presentó los testimonios
que menciona ni evidencia alguna en sostén de sus afirmaciones.
“Nos preguntamos si la persona que opinó tan ligeramente
de este Culto está capacitado para diagnosticar supuestos problemas
psicológicos y/o alteraciones mentales tales como la disociación
de la personalidad, pues si no lo está, esto es, si no
es el Sr. Sanz un Psicólogo, o Psiquiatra debiera haberse dicho
en ese programa (al cual) le caben las generales de la Ley y a los Periodistas
que lo consultaron la torpeza de no señalarlo”, afirmaron
los directivos de la EGB en esa carta, publicada en
su página web.
¡GLUP! NACE ASALUP…
Entre 1998 y 2001, Sanz integró a la Fundación CAIRP, precisamente
durante el declive de esa institución. Antes de haber sido denunciado
por plagio en 2002, Sanz ya había debido responder acusaciones
idénticas en 2001, cuando editaba el boletín de la Fundación
CAIRP. La influencia de un personaje con estas características
entre los escasos miembros activos en la Fundación fue una las
razones por las cuales algunos fundadores propusieron disolver a esa entidad,
lo cual sucedió ese año. La disolución del
CAIRP formalizó una situación de hecho, ya que poco y nada
quedaba del grupo que, en 1991, había inaugurado en la Argentina
el estudio crítico de lo paranormal desde un escepticismo informado.
La presencia de Sanz era un ejemplo vivo de lo que significaba
una organización educativa librada al garete.
Una vez finalizada la Fundación CAIRP, Christian Sanz reunió
a algunos de sus ex integrantes (Sebastián
Bassi, Orlando Liguori, Max
Seifert) y convocó a otros nuevos (Norberto
Maraschi, Federico Resnik), con quienes
procedieron a hacer “copy & paste” de los contenidos del
antiguo sitio de CAIRP (desde los objetivos hasta la lista de consultores
y miembros honorarios, entre ellos el difunto Carl
Sagan…) para crear la llamada Asociación
Argentina de Lucha contra las Pseudociencias (ASALUP). Una sigla rimbombante
y temeraria destinada a volver como un búmeran sobre sus integrantes,
empezando por el propio Sanz, su fundador y presidente.
Así comenzó el llamado “ASALUP
GATE” o “EDEFEX GATE”, una historia de enredos
que -si al lector le interesa la sociología del fraude, especialmente
cuando es urdido por quienes dicen combatirlo- convendrá leer con
detenimiento. Y si importa entrar en detalles es porque, sobre la base
de pequeñas y sucesivas ‘nimiedades’, fue posible desmontar
la madeja de engaños que sostenía a un charlatán
cuya afición declamada es… ¡desenmascarar charlatanes!
EL “EDEFEX GATE”: SE DESTAPAN LOS PLAGIOS
En noviembre de 2001 Sanz se presenta en un programa de TV para refutar
al ufólogo Francisco Fazio, quien
había presentado el video de un
más que sospechoso OVNI
sobre las Torres Gemelas: para hacerlo, leyó “documentos”
(unas páginas que había bajado de una web de ufólogos
mexicanos) que revelaban que el film "ya había sido defenestrado”,
tras la admisión de su responsabilidad por parte de una compañía
llamada “Edefex”. Escribió eso mismo en la web de ASALUP.
Pero “Edefex” no existía. Lo que sí
había existido era un (primer) plagio: los datos esenciales del
artículo firmado por Sanz habían sido copiados del site
X-Files
México. Sanz no citaba la fuente ni
a los autores de aquel artículo. Aducía poseer un fax o
correspondencia con la que pretendía demostrar haber investigado
el tema. Pero… lo había traspapelado. Pese a insistentes
pedidos de que corrigiera la información, nunca lo hizo. No
sólo no admitió haber cometido plagio sino que amenazó
con “cagar a trompadas” a quienes -como el autor de estas
líneas- denunciaron sus actitudes deshonestas. Bajo la
presión de tales denuncias -y las dudas de algunos de sus compañeros
de ASALUP-, terminó presentando, diez meses después, un
ahora famoso fax, que resultó ser una burda falsificación.
Ante las evidencias de su responsabilidad en el fraude, Sanz sólo
atinó a escabullirse en el silencio o en una cortina de mentiras.
Pero la cortina estaba llena de agujeros y fue expulsado de la
presidencia de ASALUP. Los integrantes de ese grupo -sin embargo-
siguieron minimizando los engaños, se solidarizaron con Sanz y
se mostraron poco interesados por esclarecer la situación. Sanz
nunca hizo aclaración alguna ni se disculpó con los lectores
de las tres publicaciones a las que envió esa nota, motivo
por el cual se denunció públicamente el plagio, como así
las crecientes sospechas sobre la falta de seriedad de la versión
difundida.
Con todo, el accionar que emparenta a Sanz con los charlatanes
que dice combatir se observa con más claridad en sus reiterados
plagios. Porque Sanz no sólo había copiado el artículo
de la web mexicana publicado -entre otros- en el site de ASALUP bajo el
título "El OVNI que no fue (Torres Gemelas)". También
había hecho lo propio en el Boletín CAIRP N° 12, donde
puso su firma a un artículo escrito por el psicólogo Claudio
Trivisonno. Más tarde, fue sorprendido en otros cinco plagios:
cuatro en su boletín electrónico Ciencia
al Día, que despachaba desde su empleo en la empresa naviera
NABSA, y otro titulado “Corrupción
Global” publicado en el site Noticias
e investigación (hoy fuera de línea, pero disponible
en Web
Archive ), donde copió más del 50 por ciento
de un
artículo de la revista peruana Caretas.
Sanz, en un mensaje a Sebastián Bassi, webmaster de ASALUP, dijo
que se le pretendía "tender una trampa” porque él
nunca había enviado ningún artículo a Noticias
e investigación. Bassi, pese a los antecedentes que
pesaban sobre Sanz, le creyó. Max Seifert, único
miembro de ASALUP que renunció al advertir ante quién estaba,
consultó a Carlos Basso Prieto, editor
de Noticias e Investigación para verificar si aquel artículo
había sido “escrito y remitido por Sanz, porque él
ahora lo niega”. Basso Prieto, en un mail fechado el 1/04/03, confirmaba
a Seifert: “Sí, el artículo me fue enviado por Christian
y por ende -como él lo firmó- me imagino que lo escribió.
Me deja anonadado con lo que dice, porque no puedo creer que él
lo haya plagiado de algún lado.”
Christian Sanz sigue ejerciendo el periodismo. Los lectores confían
que detrás de sus artículos hay investigación, que
existe un mínimo intento por cotejar fuentes. Pero Sanz no sólo
no las coteja: las copia, las pega y les pone su firma.
Ahora bien, si estas líneas sólo sirven para desestimar
los trabajos de Sanz, no habría cumplido su propósito. Es
cierto que Internet es un medio de difusión de fascinante utilidad.
Pero también lo es que -en ocasiones- enturbia la comunicación:
es un medio donde -copy
& paste mediante- vagos e inescrupulosos ceden
a la tentación de reproducir sin miramientos materiales ajenos
que a menudo son -como la práctica misma- poco o nada confiables.
De hecho, existen muchos medios que no poseen mecanismos eficientes para
controlar la calidad de los contenidos que publican. Pero hay algo que
cada uno de nosotros puede -y debería- hacer para evitar la proliferación
del “periodismo a la Sanz”: ser lectores cada vez
más activos y exigentes. El resto viene por decantación.
Referencias: (*) En comunicación personal del
09/09/02, Baamonde minimizó la participación de Ch. Sanz
en SPES.
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El día que Ch. Sanz presentó un fax tan falso como el OVNI
del WTC (Infografía en Flash)
La suicida tentación del "copy & paste"
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