González Quevedo, Oscar
Sacerdote Jesuita, Parapsicólogo y Escritor. España/Brasil

Es el religioso dedicado a la investigación parapsicológica y refutador del curanderismo y fraudes espíritas más famoso y reconocido de América Latina. Sus esporádicas pero impactantes intervenciones en los medios, sobre todo en la TV, lo convirtieron en un personaje simpático para los interesados en lo paranormal, especialmente entre el público católico que mantiene su mente abierta frente a la existencia de los fenómenos PSI y no comparten el abuso de la buena fe que supone el ejercicio de supuestas videncias, brujerías y otras mancias. La actividad del “Padre Quevedo” -como se lo conoce popularmente- en el campo de lo paranormal no siempre fue aceptada por la Iglesia. Entre 1982 y 1988, debió abandonar su tarea pastoral en la Compañía de Jesús

y recluirse en un monasterio, obligado a mantener silencio. Sus ideas no gozan de pleno consenso entre los investigadores pro-paranormal y es más bien resistido entre los científicos que estudian lo paranormal desde un punto de vista escéptico. Los primeros lo acusan de “utilizar” la Parapsicología para una cruzada evangélica contra del espiritismo y los segundos de crear confusión, habida cuenta de su tendencia a refutar vehementemente las creencias convencionales de los parapsicólogos y ofrecer como contraparte creencias paranormales de cuño propio, sumamente influidas por su visión religiosa.
González Quevedo nació en Madrid el 15 de diciembre de 1930. Desde la década del ’50 reside en San Pablo, Brasil, donde desarrolló su carrera pastoral y su especialidad, la Parapsicología. Pero su interés por estos temas surgió en España, donde, siendo muy joven, dos tíos espiritistas trataron de iniciarlo en el kardecismo. Curioso y lector voraz, a través de ellos y de sus libros tomó contacto con el asombroso “mundo de los espíritus”. Así surgieron sus primeras dudas. Ya enrolado en la Iglesia (órden de los Jesuitas) cursó cuatro carreras universitarias y se destacó por sus estudios parapsicológicos. “La Parapsicología se tornó mi actividad pastoral, mi apostolado. Y aquellos tíos mios, antes espiritístas, gracias a Dios y por mi culpa, murieron católicos”, dice Quevedo.

UN PRESTIGIO BIEN GANADO
Quevedo es Licenciado en Humanidades por el Centro Superior de Estudios Clásicos de Salamanca, Filosofia y Psicología por la Universidad de Comillas y doctorado en Teología por las Facultades Teológicas de Comillas y San Leopoldo, Brasil). Enseña Parapsicologia en varias Facultades de San Pablo, y en la década del ‘50 fundó y desde entonces dirige el CLAP (Centro Latino Americano de Parapsicología). Es también presidente y miembro honorario de numerosos institutos de Parapsicología en México, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil, España, Portugal y los Estados Unidos. Recibió, entre otros premios, el Diploma de Honor en el IX Congreso Internacional de Parapsicologia de Milán y su trabajos sobre Parapsicología fueron publicados en diversas revistas universitarias y de divulgación científica. Fue Director del Departamento de Experimentación y Estudios del Instituto de Brasileño de Parapsicología (Río de Janeiro) y miembro de la Sociedad Española de Ilusionismo (Bracelona y Madrid). Es autor de varios libros, reeditados varias veces y publicados en distintas lenguas. Entre ellos, “El rostro oculto de la Mente” (Ed. Sal Terrae, Santander, 1968), “Las Fuerzas Físicas de la Mente” (Ed. Sal Terrae, Santander, 1969), “¿Qué es la Parapsicología?” (Ed. Columba, Buenos Aires, 1969), “Los curanderos” (Ed. Sal Terrae, Santander, 1977), su obra dividida en cinco tomos titulada “¿Los Muertos Interfieren Nuestro Mundo?” (1991) y “Antes que los Demonios Vuelvan” (Ñandutí-Vive, Asunción, 1993). Sus libros fueron considerados por la "Fundación Internacional de Parapsicologia” de Nueva York y por la “Sociedade de Investigación Parapsicológica" de Londres “entre los mejores libros de la especialidad” publicados hasta el momento.

UN CURA VEHEMENTE Y POLÉMICO
Si bien cree que la adivinación por medios no convencionales es posible, en 1964 lanzó una apuesta de 10.000 contra 50 cruzeiros (antigua moneda brasileña) “a cualquier curandero o adivino que acierte cuatro entre cinco cartas de una baraja, que yo mezcle”. Su idea es que los fenómenos paranormales son esencialmente espontáneos e incontrolables. Esta convicción, que defiende incluso a conciencia de que el carácter “inasible” del fenómeno lo vuelve al mismo tiempo indemostrable, lo llevó a cometer algún serio desliz. En abril de 1993, invitado a la Argentina a propósito de un difundido caso de presunto Poltergeist en General Madariaga (Buenos Aires), el Padre Quevedo rechazó la presencia de espíritus o demonios pero... aseguró que allí había “una energía somática llamada ‘telergia’ que puede mover objetos a distancia dentro de un radio que no supere los 50 metros’. En realidad, como lo demostró el ilusionista experto en fraudes paranormales Ladislao Enrique Márquez, el caso se podía explicar sin necesidad de recurrir a hipótesis parapsicológica alguna.


[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! © 2002 Todos los derechos reservados.]

Bibliografía:

Márquez, L. Enrique, “Caso Gral Madariaga: El embrujo de una ilusión”, en El ojo escéptico N° 7-8, Año 3 / julio de 1993. Pp. 6-16.
González Quevedo, Oscar; “El rostro oculto de la Mente” (Ed. Sal Terrae, Santander, 1968)
González Quevedo, Oscar; “Los curanderos” (Ed. Sal Terrae, Santander, 1977).

 

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