UN TEÓLOGO (DEMASIADO)
REBELDE
Küng nació el 19 de marzo de 1928 en Sursee (Cantón
Lucerna, Suiza). En 1951 se licenció en Filosofía por la
Universidad Pontificia Gregoriana de Roma con un trabajo sobre el humanismo
ateo de Jean Paul Sartre. En 1955 obtuvo
su diploma en Teología por la misma universidad con un trabajo
sobre la doctrina de la justificación del teólogo evangélico
Karl Barth. En 1957, consiguió su doctorado en Teología
por la Universidad Sorbona de París con la tesis “Justificación.
La doctrina de Karl Barth y una reflexión
católica”, que aparece en francés y en alemán.
Eso despertó el primer “Alerta Rojo” en la Curia: el
departamento del Indice del Santo Oficio del Vaticano habilitó
el “Dossier Küng” (nº de protocolo 399/57/i) a fin
de censurar su libro sobre la “justificación”. Pero,
finalmente, declina de su intención (1).
Su rebeldía a los ojos de las autoridades eclesiásticas
no le impidió seguir siendo uno de los teólogos más
importantes. Al menos eso siguen pensando de él y de su
obra líderes políticos y religiosos alemanes, parte de los
cuales se reunieron en marzo de 2003 en Berlín para celebrar -con
el apoyo de diferentes organizaciones eclesiásticas de base- su
75º cumpleaños, donde se le pidió a la Iglesia católica
que lo rehabilitase. Küng no cree que eso sucederá algún
día, aunque sí espera que la Iglesia aprenda a tolerar
sus puntos de vista como “una posición católica al
lado de otras” (2, 3).
Tras su ordenación sacerdotal en 1954 se licenció en Filosofía,
obtuvo el doctorado en Teología. Pronto consiguió su primera
cátedra en la universidad alemana de Tubinga. En 1962, el
papa Juan XXIII lo nombró consultor teológico del
Concilio Vaticano II, asamblea destinada a “renovar a la Iglesia
frente al mundo moderno”. Pero su pensamiento comenzaba a apartarse
de la línea oficial. Su libro “La Iglesia” (1967),
provocó los primeros desajustes con Roma: el Vaticano condenó
a la obra, pese a lo cual salió al mercado.
Desde entonces, Küng da cátedra de teología ecuménica
para fomentar el diálogo interreligioso. También creó
la fundación Weltethos (Ethos universal),
dedicada a fomentar el diálogo entre las religiones sobre la base
de sus postulados éticos comunes.
En 1996, cuando se conmemoraba el cincuenta aniversario de la ordenación
sacerdotal de Juan Pablo II, comparó
a la Iglesia con “un buque en peligro de hundirse” debido
a que su capitán quiere que los que van en el barco se limiten
sólo “a obedecer y rezar”, sin tener los pies en la
tierra (4). Puede parecer fuerte. Pero esas declaraciones fueron parte
de un proceso.
EVOLUCIÓN DE UN DISIDENTE
En 1959, Küng participó en la conferencia “Ecclesia
semper reformada” en la Universidad de Basilea y -a pedido de su
inspirador y maestro, el teólogo Karl Barth- escribió y
publicó “Concilio y unión de los cristianos”.
En 1963, a instancias de Juan XXIII, inició una gira como conferencista
por los EE.UU. e Inglaterra. En Washington, la Universidad Católica
de América le prohibió impartir clases. A fines de ese año
tuvo lugar el proceso contra su libro “Estructuras de la Iglesia”.
Se le interrogó en Roma bajo la presidencia del cardenal Bea y
en la presencia de los obispos de Basilea y Rotemburgo. Sin embargo, siguió
publicando nuevas obras, entre ellas “La Iglesia” e “Iglesia
en Libertad”. En 1965 recibió la amonestación del
Santo Oficio a causa de su informe negativo sobre el Concilio y de su
conferencia “Veracidad de la Iglesia”. Pero, en 1967,
por decreto del Santo Oficio (cambiado ya su nombre por el de Congregación
para la Doctrina de la Fe), se le prohibió difundir y traducir
el libro “La Iglesia” mientras no tuviera lugar un coloquio
en Roma.
Su posiciones no parten de la increencia ni del combate de la fe sino
de un catolicismo apasionado, que cuestiona a la burocracia de la Curia
con los Evangelios en la mano. “He criticado a la Iglesia
no por haberme distanciado de ella, sino por haberme comprometido con
ella. La iglesia ha sido y sigue siendo importante para mí,
pero nunca ha sido la instancia suprema, ni lo será en el futuro.
La Iglesia solo tiene sentido en el servicio al hombre y, en definitiva,
al mismo Dios”, escribió en “Itinerario y Obra”
(Ed. Cristiandad, 1978).
PALABRA DE CRISTIANO
Küng siempre se negó a someterse a lo que consideró
un proceso inquisitorial. El 17 de octubre de 1979, publicó un
balance del primer año en el cargo del papa Juan Pablo II. Dos
meses después, se le retiró la autorización eclesiástica
para enseñar como teólogo católico en Tubinga.
El propio Wotkjila, por primera vez desde su pontificado, lo condenó
expresamente: “Ya no puede ser considerado un teólogo católico”,
precisó.
El consenso de la tesis defendida por Küng se enraíza en la
creciente constatación de que las verdades declamadas por las autoridades
de la Iglesia van por un lado y la realidad, por otro. “La
Iglesia puede y debe ser a todos los niveles una comunidad de hombres
libres”, escribió Küng. “Si quiere servir a la
causa de Jesús, nunca puede ser una institución de poder
o una Santa Inquisición. Sus miembros han de estar liberados para
la libertad: liberados de la esclavitud a la letra de la Ley, del peso
de la culpa, del miedo a la muerte, liberados para la vida, el servicio
y el amor. Hombres que no tienen que estar sometidos más que a
Dios, y no a poderes anónimos ni a otros hombres. (…) “Donde
no hay libertad, no está el Espíritu del Señor...
Nadie en la Iglesia tiene derecho a manipular, reprimir o suprimir, abierta
o solapadamente, la libertad fundamental de los hijos de Dios y establecer
la soberanía del hombre sobre el hombre, en lugar de la soberanía
de Dios. En la Iglesia debe manifestarse esa libertad en la libertad de
palabra (franqueza) y en la libertad de acción y renuncia (libertad
de movimientos y liberalidad en el sentido más amplio de la palabra)...
la misma iglesia debe ser a la par ámbito de libertad y abogado
de la libertad en el mundo.”(5)
PROHIBIDO DUDAR
En mayo de 1970, un artículo del teólogo suizo sobre los
matrimonios mixtos provocó la primera censura pública de
la Conferencia Episcopal Alemana. En julio de ese año,
la publicación del libro “¿Infalible? Un Interrogante”
desencadenó un debate mundial. En 1971, Hüng es interrogado
en Stuttgart por los obispos H. Volk (Maguncia) y F. Wetter (Spira) y
los profesores J. Ratzinger y H. Schlier. La Conferencia Episcopal Alemana
se declaró contra el libro, así como la Comisión
de la Fe de la Conferencia Italiana y distintos teólogos. Sin embargo,
en agosto del mismo año, 300 teólogos católicos y
protestantes alemanes e ingleses escribieron una “Declaración
de Solidaridad con Hans Küng”. En 1974 publicó el libro
“Ser Cristiano”, recogiéndose en Suiza 20.000 firmas
contra el proceso por “La Iglesia” e “¿Infalible?”,
impulsando en 1975 la anulación del juicio. Entre 1975 y 1977,
la Conferencia Episcopal Alemana lanzó tres declaraciones contra
“Ser Cristiano” y, en 1979, la Sagrada Congregación
para la Doctrina de la Fe del Vaticano le revocó
su facultad para ejercer la enseñanza como teólogo católico.
La sangre no llegó al río porque se llegó a un acuerdo:
se le permitió -como si para ello necesitara aprobación
alguna- seguir enseñando “desde una posición secular”.
Ese año Küng publicó “¿Existe Dios?”.
“El teólogo -escribió en ese libro- no debe permitir
que nadie le frene en su trabajo. Ni siquiera la dirección de su
Iglesia, a la que se siente lealmente ligado. El teólogo debe -tal
es su gozoso deber y obligación- buscar mediante el estudio serio
y sin jactancia respuestas sinceras de las que pueda responder ante la
Iglesia y la sociedad... Así se interesará cada vez más
por la causa de la teología, sin reivindicar jamás para
sí mismo la infalibilidad”.
En octubre de 2003, en su artículo "Un
papado con contradicciones fatales", Hans Küng escribió
acaso la más dura crítica jamás presentada
desde el seno de la Iglesia: "A pesar de sus aspectos positivos,
este pontificado se revela a fin de cuentas como un desastre.
Un Papa declinante que no abdica de su poder, aunque podría hacerlo,
es para muchos el símbolo de una Iglesia que tras su rutilante
fachada está anquilosada y decrépita. Si
el próximo Papa quisiera seguir la política de este pontificado,
no haría sino potenciar aún más la monstruosa
acumulación de problemas y haría casi insuperable
la crisis estructural de la Iglesia católica."
Referencias
1) López; Esteban “Hans
Küng: teología en libertad”. Buena parte de los
datos para esta biografía fueron recogidos del sitio, Escritos
para la Concordia.
2) Cable de DPA “Palabras de un sacerdote apasionado. El polémico
Hans Kueng cumplirá 75 años” (“Rio
Negro”, 18-03-03)
3) Cable de EFE; “Políticos y religiosos de Alemania alaban
a Hans Küng y piden que el Papa lo rehabilite”, Berlín.
(“El
País”, 20-03-2003).
4) En “Corriere de la Sera”, 27/09/1996.
5) Küng, Hans, “Ser Cristiano”. (Ed. Trotta, 1996).
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