"Durante muchos años me dediqué
a la militancia política hasta que, de repente, en 1974,
tuve mi experiencia religiosa y debí hacer una pausa en
la militancia política porque tenía que asimilar esa experiencia.
Estaba haciendo las cosas bien, pero la política es sólo
la mitad de la síntesis. Lo que hace Maitreya
es unir las dos mitades y crear una unidad.
Dick cuenta por qué se sintió atraído
por la idea de Maitreya:
"Representa mis propias aspiraciones
e ideales de una manera nueva y elevada que nunca había
sentido antes. En Sus mensajes veo reflejadas mis virtudes
más nobles."
"Compré el libro y pensé: '¡Ah!
¡otra locura más!, pero voy a leerlo', y leí todos
los 100 mensajes de Maitreya y luego encargué el segundo
libro que tenía otros 20 mensajes. Los leí una y otra vez,
y así llegué a las siguientes conclusiones:
1) La doctrina era la más instructiva
que jamás había leído,
2) las cadencias, la elección
de las palabras, el discurso, todo, indudablemente, sugería
que se trataba de autoría divina.
"Como escritor, estudié el estilo
y el lenguaje y mi anuncio oficial es el siguiente: sus
mensajes son válidos, genuinos, auténticos. Vienen de Dios."
Sobre el argumento de los opositores
de Maitreya, quienes sostienen que se trataría del Anticristo,
Dick razona:
"Si (el Anticristo) va a alimentar
a los hambrientos, darles atención médica a los enfermos
y derrocar los ejércitos de la Unión Soviética y de los
Estados Unidos, entonces estoy con el Anticristo.
Y si, por otro lado, Dios va a construir submarinos lanza-misiles,
entonces voy a luchar contra Dios. Mi lealtad está con
los hambrientos, los enfermos y los necesitados.
"Maitreya dice que los niños no
están muriéndose, sino que están siendo masacrados. Nos
dice que esto es un crimen. Cuando en realidad hay alimento
en el mundo pero no se distribuye bien, entonces hay que
reconsiderar la situación.
"Maitreya está diciendo muchas
cosas. Sus declaraciones son muy ricas en información. Él
nos dice que somos responsables de esta situación y que
podemos cambiarla. Personalmente, yo ya estaba de acuerdo
con esta idea antes de leer sus mensajes".
Fuente consultada:
"Philip K Dick:
The last testament" por Gregg Rickman; publisher: Fragments
West/The Valentine Press, 3908 East Fourth Street, Long
Beach, California 90814, USA.
Traducción: Viviana
Claudia Giménez