La tesis de este trabajo es que, si bien Matrix
recoge y utiliza conceptos claves del cristianismo (así
como del budismo, hinduismo y otras filosofías y sistemas
de pensamiento), los incorpora en su historia dándoles
un significado diferente del original. De tal manera que la
Matrix no puede ser el mundo moderno, Neo no puede ser el Mesías
y Zion no puede ser la Ciudad Elegida. Más bien, cabría
decir que el mundo es la Matrix, el Mesías es Neo y la
Ciudad Elegida es Zion. ¿Parece lo mismo? Nada de eso: Una cosa
es decir que Neo simboliza al Mesías, y otra muy diferente
es decir que el Mesías simboliza a Neo...
Es decir, se utilizan los mismos símbolos,
pero con cargas significativas diferentes, invirtiendo el orden
de causalidad: donde las religiones ven un mundo ilusorio por
su relatividad, los creadores de Matrix ven un programa
de realidad virtual, el cual concuerda con –y bien podría
explicar a– ese mundo ilusorio que veían budistas e hindúes.
Del mismo modo, todas las explicaciones "simbólicas"
de Matrix están rebajadas a un plano material,
cuando originalmente están diseñadas para explicar
al mundo material. Lo que han hecho los hermanos Larry
y Andy Wachowski es imaginar un mundo por debajo de lo
material (aunque, de hecho, aún tiene sustrato material),
y postular una explicación material, sirviéndose
de las filosofías orientales (y cristianas), las cuales
fueron creadas para postular una explicación supramaterial
del mundo material.
En ese caso, se puede decir que, a lo sumo, existe
una cierta correlación entre la explicación que
se da en Matrix sobre el mundo virtual y la explicación
que dan las filosofías orientales sobre el mundo (material),
pero no sería acertado decir que la explicación
es la misma, y que Neo simboliza al Mesías, etc., porque
-en el traspaso- ha ocurrido un cambio fundamental: se ha pasado
de una explicación no materialista a una explicación
materialista, que es todo lo que se puede cambiar en una explicación
para que deje de ser metafísica, entendida la palabra en
sentido amplio.
Los diversos episodios ‘místicos’ en Matrix
no hacen más que reforzar el ideal de perfección
como algo individualista y materialista, característico
del mundo moderno y muy lejos de una perspectiva religiosa.
Podemos afirmar, incluso, que la perspectiva que presenta Matrix,
pese a mostrarse de un modo muy diferente, no deja de ser afín
a la New Age (1):
ambos pretenden revelar una "nueva" religiosidad, cuya
finalidad última es exactamente la misma que la del mundo
moderno que pretenden rechazar: la libertad absoluta del individuo
y su plena realización en el plano material.
Automáticamente la pregunta que surge, entonces,
es: ¿y cuál es el origen de los seres humanos reales,
aquellos que no viven en la Matrix (o mejor dicho, cuyo verdadero
ser no vive en la Matrix)? Matrix no pretende dar respuesta
a este interrogante. Su postulado, entonces, sobre la irrealidad
del mundo se asemeja mucho a las teorías de Erich
Vön Däniken y personajes afines, que se sienten
satisfechos descubriendo extraterrestres donde otras personas
han encontrado dioses. Una explicación tal -en caso
de comprobarse su veracidad– no sería realmente explicativa,
no erradicaría la pregunta fundamental a la cual "los
dioses" son la respuesta: ¿cuál es el origen del
universo, la finalidad del hombre, qué es la realidad?
Porque, en suma, Matrix no hace más
que plantearse estas preguntas, tan viejas como la propia humanidad.
Responde con un atractivo maquillaje, como los efectos especiales
y los nombres misteriosos de sus personajes, pero la respuesta
que ofrece no es, a fin de cuentas, ni tan atractiva, ni tan novedosa.
ANTECEDENTES Y SÍNTESIS ARGUMENTAL
En muchos sentidos, Matrix (y sus secuelas) es un hito
en la historia del cine. No sólo por sus récords
de taquilla; las plusmarcas llegan y luego son reemplazadas por
otras (2). Matrix
ha revolucionado la imagen y las técnicas del cine, gracias
a sus avanzados efectos especiales: la cámara congelada
que gira 360° (el "tiempo bala") -para no mencionar
las escenas de artes marciales(3)-
ya es una marca registrada de esta saga.
Pero existe otro aspecto en el que Matrix
se ha convertido en un objeto de culto (culto que es compartido
devotamente por millones, no por un selecto grupo): se trata
del "mensaje" que transmite, esparcido explícita
y obviamente en muchos casos, pero también en detalles
mínimos, "claves" que los fanáticos
de estas películas se deleitan en encontrar y analizar.
De esta manera, Matrix ha marcado otro hito
en la historia del cine: es una de esas pocas películas
(o serie de películas) que han generado una "subcultura"
en el universo urbano. Los casos más recientes y notables
son las sagas de La Guerra de las Galaxias y El Señor
de los Anillos (4),
a las cuales se puede agregar Harry Potter.
Para muchos grupos estas películas se han
convertido en modelos a imitar, y la ideología subyacente
en cada film se convierte en normas a seguir o, al menos, en pautas
que marcan conductas o, inclusive, virtudes.
En todos estos films se han construido universos
ficticios, con sus historias, dinastías, genealogías
y eventos particulares, que van más allá de las
dos horas que suele durar cada película (5):
el mundo de lo denotado en breves segmentos de minutos, o incluso
segundos de duración, es amplificado en documentales de
TV, programaciones extra de DVD y libros accesorios, que permiten
al espectador adentrarse más en el complejo entramado de
esos universos de fantasía.
El caso arquetípico es La Guerra de las
Galaxias, cuya "historia no contada" permitió
la realización de las tres "precuelas" y la programación
de tres "post-secuelas" a la original serie de tres
películas. Las últimas tres no llegarán a
realizarse, según anunció George
Lucas, pero revelan, igualmente, que existe toda una "mitología"
que excede el metraje de las películas que ve el espectador.
Un caso similar, aunque su origen es literario, se ve en El
Señor de los Anillos, que se extiende largamente hacia
atrás, y cuyos orígenes pueden leerse en libros
como El Silmarillion o El Hobbit, entre otros varios
escritos por el mismo autor de la trilogía, J.
R. R. Tolkien.
Por situarse en el terreno de la ciencia-ficción,
Matrix parece acercarse más a La Guerra de las
Galaxias, en tanto el héroe-protagonista es situado
en el futuro, en el cual la ciencia y la tecnología cumplen
un rol preponderante. Una marcada diferencia con El Señor
de los Anillos (situado en un remoto pasado) y Harry
Potter, en donde la magia cumple un rol central.
Pero existe otro aspecto, más sutil si se
quiere, en el que Matrix se acerca mucho más a El
Señor de los Anillos que a las otras películas
de su tipo. En efecto, en Matrix se plantea una
lucha entre el bien y el mal (algo que está en todos
estos filmes), para la cual el héroe parece estar
predestinado. Este elemento también aparece
en Harry Potter, pero en Matrix y El Señor
de los Anillos toma dimensiones "cósmicas",
que acercan al héroe más a Superman que al
mago de Hogwarts: tanto Neo (Matrix) como Frodo (El
Señor de los Anillos) deben cumplir con su "tarea"
para salvar a toda la humanidad.
Es en este punto donde la concepción del
hombre (el ser humano) y de toda la realidad -tanto desde el punto
de vista filosófico como ontológico- empieza a adquirir
cada vez mayor importancia. En el caso de Matrix, el valor
de la realidad y la naturaleza real del ser humano pasan a convertirse
en ejes argumentales de la película, en los que se insiste
de manera persistente y continua. Es este aspecto de Matrix
-y su segunda parte, Matrix Recargado- el que analizaremos
aquí, vale decir: el estatus ontológico de la realidad
concreta, sensible; la dimensión del héroe como
figura mesiánica; la incorporación de lenguaje simbólico;
y la retraducción de esos símbolos, cuyo significado
-esperamos demostrar- pasa a connotar algo muy diferente respecto
del símbolo original.
No es el caso de contar toda la película,
pero será útil presentar una breve síntesis
argumental.
En un futuro no muy lejano, nuestro planeta se encuentra
gobernado por supercomputadoras inteligentes, que se rebelaron
ante los humanos debido a que éstos agotaron la provisión
de energía solar, indispensable para ellas. Las supercomputadoras
mantienen a los hombres en estado larval (un virtual coma), alimentándose
de ellos. Pero, para mantenerlos vivos por más tiempo,
generaron un programa de realidad virtual mediante el cual los
seres humanos creen vivir en la Tierra de manera habitual a como
lo hacemos hoy en día, aunque en realidad están
como dormidos. Lo que parece la realidad no es más que
una ilusión, pero es tan real esa ilusión que
cuando, por ejemplo, alguien muere en ese mundo virtual (el nuestro),
ese alguien muere realmente, debido a su creencia integral en
el mundo virtual (una cuestión de sugestión psicológica,
en última instancia). Algunos rebeldes que han logrado
evadirse de este siniestro juego de realidad virtual, buscan
vencer a esas supercomputadoras. Ellos no viven en estado
larval, sino que están (junto con sus cuerpos) en una nave,
vagando ocultamente por el mundo real. Estos "rebeldes"
saben cómo internarse en el mundo virtual para, desde allí,
intentar cambiar las cosas.
Ese mundo virtual se llama Matrix, la matriz.
Ya en esta breve recapitulación se reconocen
numerosos antecedentes que comparten un argumento similar, literarios
en su mayor parte. Por el lado del sometimiento del género
humano se pueden mencionar los clásicos de ciencia-ficción
de H.G. Wells (especialmente La
máquina del tiempo) y las utopías pesimistas
de George Orwell y Aldous
Huxley (1984 y Un mundo feliz, respectivamente).
Por el lado de la independencia (conciencia) de las máquinas,
la serie de cuentos de Yo, Robot, de Isaac
Asimov. En cuanto a la ilusión del mundo
donde vivimos, podríamos mencionar a Platón,
o a numerosas corrientes de las grandes religiones (especialmente
las orientales), o La vida es sueño de Calderón,
entre otros trillados ejemplos, pero quisiéramos recordar
dos obras literarias, cuya influencia en Matrix es directa
y explícita: Alicia en el país de las maravillas
y, especialmente, A través del espejo.
(6)
En cuanto a las películas, se han mencionado
filmes como 2001, Odisea en el espacio (basada en la novela
de otro clásico autor de ciencia-ficción, Arthur
C. Clarke), Terminator, Superman y Blade
Runner.
Luego hay otras influencias (literarias, cinematográficas
y demás), pero no son relevantes para el tema de este artículo.
Existe también un enorme número de referencias que
se vislumbran en la película, la mayoría de las
cuales pasan desapercibidas para el público. Muchas de
ellas son importantes para la comprensión de la película,
otras no (y quedan como "guiños" o códigos
internos de los realizadores).
La matrixmanía ha dado a luz un número
inusitado de libros
(7), sitios de Internet (8),
seminarios y artículos en los que se analiza su universo
simbólico. Se lo ha visto como un nuevo evangelio gnóstico,
como una retraducción del evangelio de San Marcos (algo
admitido por los realizadores), como una parábola de
la decadencia de nuestro mundo moderno y materialista, etcétera.
Y, como no podía ser de otra manera, se han escrito libros
sobre cómo la "filosofía" de Matrix
nos puede ayudar a comprender el mundo en que vivimos y, en consecuencia,
a vivir mejor.
ANÁLISIS DE CONCEPTOS
A continuación se hará un desarrollo más
o menos minucioso de los personajes y eventos de la película,
para reconocer en ellos influencias filosóficas y religiosas
tradicionales. (9)
- Concepción del mundo como ilusión.
- Concepción de lo real y de la mente.
- El rol del Maestro.
- El rol del Elegido.
- El rol del Destino.
- Concepción del mundo como ilusión.
Lo que parece la realidad no es más que
una ilusión, un programa de realidad virtual. La idea
de que el mundo no es el fin último de la existencia
humana es común prácticamente a todas las religiones.
Ya en los orígenes de la filosofía occidental
Platón afirmaba que las cosas sensibles (materiales)
son reflejos, imágenes, copias, de arquetipos inmutables,
eternos. Una doctrina que, bajo el nombre de realismo (luego,
idealismo) fue fundante para la Iglesia.
Pero donde se plantea al mundo como ilusión
de manera más radical es en el hinduismo. La frase
que resume más sucintamente la doctrina hindú
de los grados de realidad es "El mundo es irreal, Brahma
(el absoluto) es verdadero". El mundo, y todo lo creado
–según se entiende en el hinduismo– es Mâyâ,
lo falso, lo ilusorio. Pero en cuanto la existencia es querida
por el Principio absoluto, y depende de ella, se dice que es
un "juego divino".
El mundo es irreal porque implica relatividad
(diferencia y cambio), y todo esto implica cesación de
ser.
La "falsedad" del mundo también
se describe claramente en las más importantes escrituras
budistas, de la que sólo citaremos las siguientes:
"Los fenómenos de la vida pueden
ser comparados a un sueño, un fantasma, una burbuja,
una sombra, el brillante rocío o un destello de luz,
y así deben ser considerados" (Prajñâ-Pâramitâ
(Sutra del diamante), en Withall
N. Perry, 2000:102).
"Todas las cosas deben ser contempladas
como formas percibidas en una visión y un sueño,
vacías de substancia, no nacidas y sin naturaleza propia...
(existiendo) sólo en virtud de una complicada red de
causalidad que debe su aparición a la discriminación
y el apego, y que tiene como resultado la aparición del
sistema de la mente con sus estructuras y procesos"
(Lankâvatâra Sûtra, subrayado mío,
en Withall N. Perry, 2000:102).
Al igual que entre los hindúes, en Matrix
se ve al mundo como un "juego", pero no un juego divino,
sino un perverso juego de dictadores cibernéticos. La
metafísica que implica la doctrina hindú de Mâyâ
es rebajada a un plano material en Matrix, al postular
otra causalidad material, tan relativa como la copia.
Vivir en un mundo ilusorio implica no tener control
real de nuestros actos. Pero ese algo que nos domina,
que en las religiones es algo completamente de otro orden de
realidad –vale decir, Dios–, en Matrix pasa a ser algo
casi decepcionante: otra entidad material, sólo que más
poderosa, un primus inter pares, casi. Así
es como numerosos actos que entran en el dominio de lo psicológico
(o incluso de lo espiritual), en Matrix son explicados
mediante una lógica materialista unidireccional que,
si bien sorprende por la "explicación lógica",
decepciona por su enorme chatura.
Esto es algo que se percibe claramente en la Escena
del dèja vú.
Luego de la visita a la Pitonisa, Neo ve un gato
sacudirse en un pasillo. Un instante después mira de
nuevo al mismo lugar y ve la misma escena. "Dèja
vú", dice, y entonces los demás se dan
cuenta de que han sido descubiertos. Un dèja vú
es, en realidad, un error en la Matrix, y ocurre cuando las
supercomputadoras han cambiado algo en el programa de realidad
virtual. La repetición queda como un "salto"
en el ensamble con la corriente de los acontecimientos. (10)
Otras dos escenas de la película muestran
con mayor claridad cómo se ha retraducido un concepto
de realidad/ilusión perteneciente a doctrinas orientales,
manteniendo la estructura aparente, pero apartando su significado
original para introducir otro materialista.
Escena del espejo.
Los rebeldes llevan a Neo (virtualmente todavía, aunque
fuera de la Matrix (11)) a
su nave, le dan una píldora y le colocan unos electrodos
para poder rastrear su cuerpo real. En ese momento, Neo fija
la mirada en un espejo roto, que de pronto se rearma. Lo toca
y sus dedos se introducen dentro del espejo. Cuando retira la
mano, la sustancia del espejo (como un mercurio pegajoso) empieza
a tomarle el cuerpo.
La escena pretende mostrar de manera "tangible"
que todo es ilusión: sabemos que lo que refleja un espejo
no es real, ya que no tiene identidad propia. Al meter la mano
"dentro" del espejo, Neo percibe por la experiencia
que "su" propia realidad no es tan real. El espejo
que lo envuelve refuerza esta idea, en donde la sustancia del
espejo "devora" al cuerpo de Neo. Ese cuerpo que pronto
dejará de existir (porque nunca existió). [Ver
más abajo: 4. El rol del elegido, Escena de la liberación.]
Escena del pequeño buda.
Neo es llevado a la Pitonisa, para saber si es el Elegido. Lo
hacen esperar en una sala en donde hay otros "potenciales"
(elegidos, se entiende). Son todos niños. Entre ellos
ve a uno de cabeza rapada, vestido con ropas de monje budista.
El chico dobla cucharas soperas con la mente. Neo se acerca,
el chico le da la cuchara.
"No trate de doblar la cuchara –le advierte–.
Eso es imposible. En vez de eso, sólo trate de darse
cuenta de la verdad."
"¿Qué verdad?" -pregunta Neo,
curioso
."No hay cuchara."
"¿No hay cuchara?" -repite Neo.
"Entonces -concluye el niño- verá que la
cuchara no se dobla. Es sólo usted (it is only yourself)."
Ver a alguien doblar cucharas no es algo completamente
novedoso para un occidental, desde la aparición de mentalistas
famosos, como Uri Geller. Lo que
dice el niño budista, es casi una cita literal de lo
que podría decir un monje budista. También podríamos
reemplazar la cuchara por una cuerda, y tendríamos un
ejemplo más acorde con el mundo hindú. (12)
Lo que se quiere decir -tanto en Matrix
como entre los budistas- es que la mente es la causante de
las diferencias (ver punto 2, tercer párrafo). La
mente, confundida, le da estatus de realidad a las cosas, cuando
en realidad éstas no lo tienen. Esto es lo que los hindúes
llaman avidyâ (ignorancia, ver más abajo,
4. La concepción de lo real, cita de Mircea
Eliade). (13)
Pero Matrix, nuevamente, rebaja esta simbología
al nivel de un juego de video. Las cosas no son reales, no debido
a su estatus ontológico limitado, sino a que son parte
de un programa de computación. La mente (que en
el budismo incluye mucho más que el nivel psicológico
que reconoce Occidente) no es ignorante porque le de estatus
real a lo material, sino porque cree en la apariencia
de ser de las cosas debido a que existe un programa cibernético
que engaña a nuestros sentidos. En el hinduismo y
en el budismo, en cambio, son nuestros sentidos en cuanto
tales los que engañan a la mente, sin necesidad de postular
ninguna mega-realidad virtual para producir el engaño.
Incluso el carácter "abstracto"
de la informática es materializado, dada la dificultad
de lograr una representación visual inteligible. Es lo
que se ve en la escena central de Matrix Recargado, cuando,
en la Matrix, Neo le quita a Trinity la bala que acaba de matarla
(y la resucita). Se supone que lo que debería estar haciendo
es modificar el código o la programación de
unos y ceros en la que Trinity aparece herida de muerte
-por eso es que la escena se ve como una representación
virtual en 3D de color verde, como aparece la Matrix (desnuda)
para Neo-, pero lo que ocurre simplemente es que Neo introduce
sus dedos en el vientre de Trinity y le extrae la bala.
- La concepción de lo real y de la mente.
Prima en Matrix el concepto de realidad material, concreta.
"[Lo real] son impulsos eléctricos que percibe e
interpreta el cerebro", le dice Morpheus a Neo. En tanto
que en las doctrinas religiosas, que Matrix toma y retraduce,
lo real es concebido como aquello absoluto que no padece cambio,
con lo cual lo material y sensible quedaría excluido
de este ámbito. En Matrix, en cambio, se trata
solamente del concepto de realidad adoptado por el materialismo
moderno, que no concibe una realidad que trascienda la materia.
Antes de que las máquinas tomaran el poder, "lo
real" era el mundo tal como lo conocemos (o creemos conocer)
hoy en día, con las categorías tradicionales de
espacio, tiempo, materia, forma, etcétera.
Esta diferencia es importante, ya que se toma
una simbología cuyo objetivo es específicamente
metafísico para incorporarla a una mentalidad específicamente
materialista (y no al revés), que es la que predomina
en el occidente industrializado.
Los escurridizos conceptos de "yo",
"mente" e "inteligencia" también
están llevados en Matrix al máximo nivel
de materialidad posible. Mientras que el hombre común
–aún ateo– podría aceptar de buen grado que hay
aspectos de su ser que escapan a una reducción material
(aunque fuera en el plano de los sentimientos), en Matrix
todo tiene un asidero concreto. Existe una concepción
materialista de la inteligencia, la cual es concebida como una
compleja red de circuitos eléctricos. Este concepto es
compartido por numerosos científicos de la actualidad:
una inteligencia tal sería capaz de lograrse en una máquina
creada por el hombre, sólo que en el estado actual de
los conocimientos técnicos y científicos, lograr
una "supercomputadora" con una complejidad similar
a la del cerebro humano es inviable. (14)
"Matrix es la proyección mental
de tu yo digital", le dice Morpheus, nuevamente, a
Neo. Ese término, "digital", le da a la frase
el sesgo cibernético que le permite apoyarse en lo material.
El programa de computación genera ciertos estímulos
en la mente, los cuales provocan un entorno determinado, que
no es real, sino producido por la mente.
Encontramos aquí una clara influencia hindú
y, sobre todo, budista, según la cual es la mente, en
estado de ignorancia, la que cree en la diversidad ("Matrix
es el mundo que nos han puesto ante los ojos. Es una prisión
para la mente", dice otra vez Morpheus, adoctrinando a
Neo).
Lo cierto es que para estas doctrinas metafísicas,
lo relativo existe en su plano. La ignorancia consiste
en atribuirle a este plano de realidad una dimensión
total, separada del principio absoluto.
Nuevamente, las escrituras hindúes dejan
en claro el aspecto ilusorio del mundo en cuanto la mente le
otorga realidad (o una realidad independiente de su principio
causal).
"Debes saber que el mundo, aunque parezca
substancial, nada tiene de substancial; es un vacío,
una mera apariencia creada por las imágenes y los caprichos
de la mente. El mundo es un escenario encantado, presentado
por la magia de mâyâ" (Yoga-Vâsistha,
en Withall N. Perry, 2000:90).
El historiador de religiones Mircea Eliade lo
explica de manera concisa:
"Al recitar o escuchar un mito [...] se
supera la situación temporal y la suficiencia obtusa
que es el haber de todo ser humano, por el hecho simple de que
todo ser humano es un "ignorante", es decir, que se
identifica él, e identifica lo Real, con su propia situación
particular. Porque la ignorancia es en primer lugar esta falsa
identificación de lo Real con lo que cada uno de nosotros
parecemos ser o parecemos poseer" (Mircea Eliade,
1974:65).
Sin embargo, cuando se ve que el absoluto no puede
dejar de ser, y que no puede dejar de ser todo, se ve que lo
absoluto está en todo, y que todo es el absoluto. (15)
En este sentido, un maestro zen chino (Ch’ing-yüan)
escribió:
"Antes de que un hombre estudie zen, las
montañas son montañas para él, y las aguas
son aguas; después de lograr la penetración en
la verdad del zen a través de la instrucción de
un buen maestro, las montañas no son montañas
para él, ni las aguas son aguas; pero después
de esto, cuando alcanza realmente la morada del reposo, las
montañas son de nuevo montañas y las aguas son
aguas."
- El rol del maestro.
Morpheus, mezcla de San Juan el Bautista con maestro zen, es
quien adoctrina a Neo. Como el Bautista, debe preparar el
camino para que se cumpla la profecía, y sabe que
su discípulo superará al maestro, ya que ésa
es su función (la del Elegido). En sus enseñanzas,
Morpheus hace hincapié en que él no puede hacer
que Neo desarrolle todo su potencial; él debe desarrollarlo
desde su interior.
"Estoy tratando de liberar tu mente. Pero
sólo tú puedes hacerlo. Yo sólo puedo
mostrarte la puerta", dice en una ocasión. Y más
tarde: "Es diferente conocer el camino que recorrerlo".
Esta idea ya se encuentra en Platón, cuando habla de
la transmisión del conocimiento, cuando afirma que se
puede instruir a otra persona, pero que no se puede transmitir
la comprensión de un sujeto a otro. Este precepto está
en la base de la anamnesis, o "recuerdo" platónico;
es decir, cuando reconocemos una verdad es porque estamos "recordando"
esas verdades arquetípicas que el alma conoció
en el ámbito intangible de las Formas, en su origen.
Pero, en el caso de Matrix, la imposibilidad
de imprimir la convicción y el conocimiento en otra persona
tiene características más bien orientales.
Infinidad de maestros zen han tratado el tema, hablando de "desechar
las escrituras y hacer uno mismo el propio camino", lo
cual se ha entendido de modo lamentable en Occidente con un
sesgo individualista, que no es el caso.
Esta postura zen puede percibirse en citas como
la siguiente:
"Los nombres no tienen nada que ver con
el significado real, y el significado real nada tiene que ver
con los nombres; si te aferras a los nombres, no podrás
percibir el misterio" (Ku-shan, en Thomas Cleary, 1998:62).
Y de manera más rotunda:
"La mente no puede ser transmitida,
es sólo uno mismo quien puede experimentarla y comprenderla"
(Ying-an, en Thomas Cleary, 1998:108).
Pero también se aclara:
"En épocas recientes ha
aparecido otro tipo de maestros zen que se hacen famosos durante
veinte o treinta años sólo por decir a la gente
que no debe prestar atención a las palabras de los demás,
y denominan a esta enseñanza "Ir más allá
del sonido y de la forma". Transmitiendo esta distorsionada
comprensión, han confundido y perjudicado las enseñanzas
zen, engañando y confundiendo a las generaciones más
jóvenes" (Yun-feng, en Thomas Cleary, 1998:94).
- El rol del Elegido.
Neo, en una primera instancia, es el buscador, la persona que
no está satisfecha con el mundo tal como lo ve, pero
tampoco sabe qué es lo que lo deja insatisfecho
(16). Por otra parte, es una
persona fuertemente racional (17),
lo que le hace difícil liberarse de los lazos de la ilusión.
Más tarde, él descubrirá que es "el
elegido" (the One, anagrama de Neo que, además,
significa "nuevo"). En cuanto tal, Neo se hará
cada vez más consciente de su verdadera naturaleza, con
lo cual logrará vencer a "la Matriz", porque
se dará cuenta, en su más íntimo ser ("realizará"),
que la Matrix es una ilusión.
Pero este conocimiento no se agotará en
él solo. Una vez que lo sepa, él podrá
–y deberá– liberar a los otros seres humanos, envueltos
en la ilusión de la Matriz.
Además del evidente componente mesiánico
cristiano, quisiéramos destacar aquí la incorporación
de una simbología hindú (y, nuevamente, budista)
en el rol del "Elegido". Esto se ve, en primer lugar,
en la Escena del segundo nacimiento.
Luego de la Escena del Espejo (ver más
arriba), Neo ve aterrorizado, cómo la sustancia del espejo
lo va cubriendo. En el momento en que está por cubrirlo
por completo, el programa de rastreo (recordemos que todo lo
que se ve en imágenes en el mundo virtual) ubica su cuerpo.
Neo despierta entonces en los "campos de cultivo"
humanos, en un cubículo similar a un feto, sumergido
en una especie de líquido amniótico y con una
serie de cables insertados en su boca, en su nuca y en distintas
partes de su cuerpo. Está totalmente desnudo y pelado.
Se quita el cable de la boca, el resto de los cables se desprenden
por sí solos, y luego cae por un agujero negro hasta
un estanque cenagoso. No termina de reponerse cuando desde arriba
surge una luz, de la cual sale un gancho que lo toma y lo sube
a la nave de la Resistencia.
Como en segmentos anteriores de la película,
ésta es una "materialización" del
concepto hindú de "segundo nacimiento".
El hombre que sigue un camino espiritual recibe una iniciación,
que equivale a un "segundo nacimiento". Muere a su
existencia corriente, rodeada de contingencia y materialidad,
para trascenderla y vivir en una nueva existencia supramaterial.
Como lo señala Mircea Eliade:
"...se "mata" la propia existencia
profana, histórica, ya usada, para reintegrar una existencia
inmaculada, abierta, no mancillada por el Tiempo" (Mircea
Eliade, 1991:244).
Y, más tarde:
"Para los primitivos, se muere siempre
a algo que no era esencial: se muere, sobre todo a la vida profana.
En resumen, la muerte llega a estar considerada como la suprema
iniciación, es decir, como el comienzo de una nueva existencia
espiritual" (Mircea Eliade, 1991:247).
Otra escena clave en cuanto al rol mesiánico
es cuando Neo se da cuenta "vivencialmente" de que
es el Elegido, en la Escena de la liberación.
Hacia el final de la película Neo se encuentra
luchando contra los "agentes" (son personas virtuales,
creadas por las computadoras, pero que tienen características
especiales -una programación especial, diríamos-
que les permiten desarrollar enormes "poderes"). Nadie
ha sobrevivido a una lucha contra un agente, pero Neo también
ha ido desarrollando poderes, a medida de que va tomando conciencia
real de que la Matrix no es real. Después de ser baleado
en la Matrix (y revivido por un beso de Trinity a su cuerpo
real, en la nave), Neo resucita y se da cuenta de la
ilusión de la Matrix. Los agentes le disparan una lluvia
de balas y Neo las ve venir con una expresión mezcla
de incredulidad y de toma de conciencia. Las balas se detienen
antes de alcanzar su cuerpo y caen al suelo. En ese momento,
Neo ve a la Matrix, y la ve en código, la ve como
es en realidad, sin el ropaje ilusorio. Neo ya es plenamente
el Elegido.
Más allá de la obvia similitud con
Jesucristo (18),
el concepto hindú que subyace aquí es el de jivan-mukta,
el "liberado viviente". Un ser tal ha trascendido
las categorías existenciales ya en esta tierra y sin
necesidad de muerte física que lo reintegre al "Más
Allá". Y en cuanto su función es salvadora
para el resto de la humanidad, Neo ahora es como un nuevo Buda.
(19)
- El rol del destino.
Aquí ingresamos de lleno en el ropaje místico
del filme. A pesar de constatar la materialidad (una vulgar
computadora, por más poderosa que sea) de la causa del
mundo ilusorio en el que vivimos (o en el que viven los integrantes
de Matrix), la sucesión de acontecimientos
de la historia está envuelta en una serie de causas y
efectos que nada tienen que ver con la lógica empírica,
sino más bien con una mística, o "espíritu
de profecía", que sobreabunda en las escenas
y diálogos de la película. Este último
punto está encarnado en el personaje llamado The Oracle
(La Pitonisa), extraído sin medias tintas de la religiosidad
griega. Era de esperar que, en la segunda parte, se le diera
un sustento "cibernético" a The Oracle, como
efectivamente se ha hecho (20).
En Matrix Recargado nos enteramos de que las máquinas
han previsto la aparición del Elegido (no sería
el primero), entendido como una anomalía del programa.
En cuanto han previsto esta "falla", también
han previsto su neutralización. La "profecía"
verbalizada por The Oracle, entonces, no sería verdadera,
ya que ella es parte del programa cibernético, y está
a su servicio. Pero es de esperar que, finalmente, en la
tercera parte (Matrix: Revoluciones), Neo venza a las
máquinas, con lo cual el problema vuelve a replantearse:
¿se cumplió la profecía, que es el móvil
fundamental de Morpheus y la Resistencia –con lo cual existe
la predestinación–, o simplemente los hombres han vencido
a las máquinas a pesar de sus esfuerzos (que incluyen
la –falsa– predestinación de su derrota), con lo cual
el destino es construido por los propios seres humanos? No hay
que meditar demasiado para inclinarse por la segunda opción,
teniendo en cuenta que es fundamental, para una mentalidad
materialista, considerar que es el individuo -sin dependencia
trascendente- el que realiza sus propios actos.
En este punto podríamos ir un poco más
allá y considerar que el mensaje de Matrix está
dirigido propiamente a quitarnos la venda del supuesto religioso
que implica la dependencia del individuo de un principio divino:
en Matrix Recargado, el "Arquitecto" (nombre
que se le ha dado a Dios en ciertas corrientes "esotéricas"
cristianas) le muestra a Neo la falsedad de creer que él
pueda controlar sus actos. Y como el Arquitecto es la máquina,
el enemigo, esta ideología también es contraria
al mensaje que intenta transmitir la saga.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Cleary, Thomas
(1998). Las enseñanzas del zen, Oniro, Barcelona.
Coomaraswamy, Ananda K. (1997 [1949]). Hinduismo
y budismo, Paidós, Barcelona.
Coomaraswamy, Ananda K. (1980). El tiempo
y la eternidad, Taurus Ediciones, Madrid.
Eliade, Mircea (1974 [1955]). Imágenes
y símbolos, Taurus ediciones, Madrid.
Eliade, Mircea (1991). Mitos, sueños
y misterios, Grupo Libro 88, Madrid.
Perry, Whitall N. (2000 [1971]). Tesoro
de sabiduría tradicional, José J. de Olañeta,
editor, Palma de Mallorca.
Stoddart, William (2002). El hinduismo,
José J. de Olañeta, editor, Palma de Mallorca.
Stoddart, William (2002). El budismo,
José J. de Olañeta, editor, Palma de Mallorca.
Notas: 1.
"Aquellos que [...] han vencido la ilusión y la pasión
–ya sea real o virtualmente– se han establecido (o se están
estableciendo) en Âtmâ [...] Hay que añadir
inmediatamente que una mala comprensión de esta última
doctrina es el más mortífero de los venenos espirituales.
El hecho de identificar al alma no regenerada con lo Divino es
precisamente el error central de la ideología new age."
William Stoddart (2002:53).[Subir]
2.
En su primer fin de semana de estreno en la Argentina, Matrix
Recargado se convirtió en el récord absoluto
de taquilla para cualquier film: 453.563 personas la vieron en
el fin de semana del estreno, más del 70% del total de
espectadores de ese período. En Estados Unidos las cifras
no son tan resonantes, pero son igualmente altas. El videojuego
Enter the Matrix, aparecido a mediados de mayo de 2003,
se convirtió en el primer video en vender un millón
de copias en la primera semana desde su salida. Su costo (15 millones
de dólares) también es récord.[Subir]
3.
Debidas no sólo a las computadoras, sino al genio de Woo-ping
Yuen, el primer coreógrafo de Jackie Chan y el responsable
de las asombrosas escenas en El tigre y el dragón.
Matrix fue la primera película en que la destreza
de Woo-ping Yuen fue accesible para el gran público, tanto
norteamericano como internacional.[Subir]
4.
El Señor de los Anillos ya había generado
una subcultura durante los años 70, cuando la trilogía
se dio a conocer en su forma original de libro.[Subir]
5.
Algo que es más habitual –y en este caso la palabra "culto"
se acerca más al concepto de "restringido" que
tiene en estos ámbitos– en los cómics: no es casual
que Matrix haya adoptado la estética y el estilo
del cómic y el animé, y los haya llevado al cine.[Subir]
6.
No podemos dejar de mencionar aquí el cuento de Jorge
Luis Borges, Las ruinas circulares, que plantea
de manera genial una realidad ilusoria similar. El cuento incluye,
en el encabezado, una cita de A través del espejo:
le dice un personaje a Alicia, que ve dormir al Rey Rojo: "eres
una parte de su sueño. Y si él dejara de soñarte,
te apagarías como una vela". Cabe recordar que
toda la historia es un sueño de Alicia. Las ruinas...
se acerca más todavía a otra película de
argumento muy similar a Matrix (aunque menos pretenciosa),
estrenada el mismo año (1999): Piso 13, donde nuestro
mundo es también un juego de realidad virtual, pero creado
por otros hombres (verdaderos), no por máquinas. Los actores
del mundo virtual tienen conciencia, pero no por eso son menos
virtuales.[Subir]
7.
Algunos libros sobre el tema que pueden encontrarse en Amazon,
son: Taking the Red Pill: Science, Philosophy and Religion
in The Matrix (Glenn Yeffeth, editor); The Matrix and Philosophy
(William Irwin); Exploring the Matrix: Visions of the Cyber
Present (Karen Haber, editor); The Gospel Reloaded: Exploring
Spirituality and Faith in The Matrix (Chris Seay, Greg Garrett).[Subir]
8.
Algunas direcciones muy útiles a la hora de analizar el
simbolismo, influencias, mensajes y "códigos"
escondidos en el filme, son: www.knowthematrix.com, www.matrixfansite.com,
www.matrixfans.net y www.intothematrix.com. también Imdb.com
(sin las www) posee excelente información curiosa en la
sección "Trivia", buscando la película
‘Matrix’. [Subir]
9.
Hay otras influencias filosóficas (y de otro orden), más
modernas, pero no serán tratadas aquí.[Subir]
10.
Ejemplos de este tipo pueden verse en infinidad de películas.
Sólo un par de ejemplos: Siempre (Always,
Steven Spielberg, 1989). Aquí, una persona se mira al espejo
y piensa "¡qué cara de estúpido tengo!",
no por un complejo de inferioridad, sino porque se lo sopló
un "ángel" (un muerto que deambula temporariamente
por la Tierra); Hecho en el Cielo (Made in Heaven,
Alan Rudolph, 1987). En este caso, dos personas que viven angustiadas
se encuentran de pronto en la calle y se dan cuenta de que son
el uno para el otro. La explicación es que ellos se conocieron
en el Cielo, antes de "encarnar" en la Tierra, de manera
que se estaban buscando sin saberlo (ya que no tenían memoria
de lo ocurrido en el Cielo). En estas películas se busca
una causalidad que "materializa" un evento no material
(aunque sea apelando a ángeles y paraísos). Una
primera consecuencia de este sistema de pensamiento es lo que
tanto se les critica a las sectas (y, a veces, a las religiones
en general): desresponsabilizar la conducta del individuo. Todo
lo que uno hace está indicado por un código de computadora,
o lo dijo un ángel, o es un recuerdo del Más Allá;
lo que parecen ser mis decisiones, son en realidad las decisiones
de otro. [Subir]
11.
Los rebeldes tienen la posibilidad de crear sus propios programas
de realidad virtual, mediante los cuales son capaces de llevar
a Neo desde la Matrix a otra realidad virtual (independiente de
las supercomputadoras inteligentes); a partir de ese mundo virtual,
se buscará localizar su cuerpo y traerlo al mundo real
(material).[Subir]
12.
Tal vez el "truco" más difundido (figura hasta
en los dibujos animados de La Pantera Rosa) de los yoguis
("faquires") hindúes, sea el de un hombre que
lanza una cuerda hacia arriba, la que queda suspendida verticalmente.
El hombre sube por la cuerda, luego baja, y deja a la cuerda nuevamente
en el suelo. También es común hacer que una cuerda
se convierta en una serpiente.[Subir]
13.
"La ignorancia de que hablamos [...] consiste, pues, en dotar
de substancialidad a lo que es meramente fenoménico..."
(Ananda K. Coomaraswamy, 1997:104)[Subir]
14.
Una idea parecida (una máquina tan compleja que logra adquirir
conciencia o "sentimientos") puede verse en la reciente
Inteligencia Artificial, de Steven Spielberg, que también
tiene numerosas similitudes con las mencionadas obras de Isaac
Asimov.[Subir]
15.
Esta perspectiva –ver a Dios en todas las cosas– es calificada
habitualmente de "panteísmo". Lo cierto es que
no puede adjudicarse esta postura (que no es más que un
"error lógico", por parcial) a doctrinas como
el budismo o el hinduismo, debido a que siempre se hace hincapié
en la trascendencia del principio divino. El tratamiento de este
tema llevaría varias páginas pero, en resumen, puede
decirse que tanto hindúes como budistas hablan de una identidad
"sustancial", pero no "esencial".[Subir]
16.
En su primer encuentro, Trinity le dice a Neo: "sé
lo que te angustia, sé que lo estás buscando [a
Morfeo]", porque ella también pasó por ese
estadío.[Subir]
17.
La primer pregunta de Morfeo a Neo es: "¿Crees en el destino?"
"No –es la seca respuesta–. No me gusta pensar que mis actos
son controlados por otra persona."[Subir]
18.
En algunos sitios de Internet se hace notar la analogía
entre los 72 segundos que pasan desde que muere Neo hasta que
resucita, y los tres días (72 horas) de muerte y resurrección
de Cristo.[Subir]
19.
Resulta quizá curioso que Keanu Reeves ya haya realizado
ese papel en Pequeño Buda. En El abogado del
Diablo, por otra parte, era el hijo de Satanás. Esto
no interesa tanto para descifrar algún patrón "oculto"
en el actor, como para advertir el creciente interés del
público en este tipo de temas religiosos.[Subir]
20.
En Matrix Recargado nos enteramos de que los E.T., ángeles,
fantasmas, etc., son programas que se han independizado de la
supercomputadora central (la Fuente, la llaman en Matrix Recargado)
y que intervienen por su cuenta en la Matrix ("tendrán
sus razones", le dice The Oracle a Neo).[Subir]
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