Nació el 14 de abril de 1935 en Zofingen, Suiza. Vön Daniken recibió una estricta educación Católica en la Escuela Católica Saint-Michel, en Fribourg, pero nunca completó su educación: a los 19 años ya era aprendiz en un hotel suizo. Trabajaba en un hotel cuando escribió su primer libro, usando 400.000 francos suizos del hotel para financiar su primer viaje a Egipto, Líbano y Norte y Sud América. En 1966, cuando decidió escribir su primer libro, tenía 31 años y regenteaba a un hotel en Davos. Escritor principiante, su manuscrito fue rechazado por varias editoriales. A comienzos de 1967, la editorial Econ-Verlag, de Düsseldorf aceptó publicarlo. Sólo pidió al autor que aceptara una condición:

PLAGIARIO Y PLAGIADO... HACEN NEGOCIO
Los primeros comentaristas de sus obras enseguida lo acusaron de plagio. Efectivamente, las principales ideas que aparecen en su primer libro se hallaban tanto en El retorno de los brujos (1960) de Louis Pauwels y Jacques Bergier como, muy especialmente, en la obra del francés Robert Charroux, autor de Historia desconocida de los hombres de los últimos cien mil años (1963). Charroux, seudónimo de Robert Grugeau, presentaba la tesis de que los creadores de la humanidad habían sido astronautas alienígenas que, a poco de abandonar la Tierra, habían legado sus conocimientos a los hombres. Charroux, que reconocía como antecesores a los directores de la revista Planéte, había desarrollado sus ideas en siete libros consecutivos, tres de ellos antes de 1968, año en que se publicó el primer libro de Däniken, y dos traducidos al alemán en 1966 y 1967. Y, como descubrió el etnólogo Wiktor Stoczkowski, en el libro de Däniken había párrafos, argumentos y citas tomadas directamente del manantial de Charroux. Däniken, en su primer libro, nunca mencionó a su antecesor francés. Pero -muy a pesar del semanario suizo Blick, que lanzó la piedra del escándalo- la sangre no llegó al río. Charroux, contra el consejo de su representante, decidió no llevar a Däniken a juicio. Las editoriales de uno y otro llegaron a un acuerdo. “Es que el francés -observó Stoczkowski- también se iba a beneficiar con la moda impuesta por Däniken”. Así fue: sólo en Francia, Charroux vendió entre 60 y 200 mil ejemplares de sus libros. Y estos datos, citados por Stoczkowski, son anteriores a 1970.

FUNDAMENTOS DEL DANIKENISMO
Si para algunos las obras de Erich von Däniken “refrescaron el interés por la arqueología”, lo cierto es que -si hemos de guiarnos por las críticas, todas devastadoras- hay que preocuparse seriamente por la educación de aquellos lectores que se quedaron con “el primer refresco”, sin meter los pies en el mar. Por suerte, la difusión mundial de la tesis de los Antiguos Astronautas activó anticuerpos, léase: alentó a investigadores y autores de diversas nacionalidades a contrarrestar el auge del dänikenismo a través de obras como Los Fenómenos Paranormales, de Henri Broch, Los Nuevos Apócrifos, de John Sladek [difundida en español en entregas por la revista argentina El Péndulo], ¿Vikingos o Extraterrestres?, por Juan Schobinger (Huemul, 1982) Recomponiendo el pasado, de Jean-Pierre Adam, (Losada, 1990) o Fraudes, Mitos y Misterios de Kenneth Feder (Atlántida, 1990), como así de sus colegas norteamericanos Ronald Story y Peter White. Sus críticos, como Feder, se centraron tanto en la ignorancia arqueológica de Däniken y Charroux como en su etnocentrismo europeo, que les llevó a “descubrir misterios” en parajes insólitos y distantes como Africa, Asia y América. Otros apuntaron que entre sus piezas favoritas se hallaban falsificaciones de los lugareños, como sucedió en el caso de las piedras de Ica; que los emplazamientos arqueológicos que para aquellos tenían una "prodigiosa antigüedad" en realidad eran bastante recientes, como Tiahuanaco o Nazca; o que para su construcción -contra la tesis dänikeniana- era innecesaria tecnología de punta, tal el caso de los moais de Pascua o las Pirámides de Egipto; o que los significados extraterrestres sucumbían ante la mirada de un especialista, tal como sucede con la losa funeraria de Palenque donde se representa al Príncipe Pacal. Ahora bien ¿esto alcanza para considerar a Däniken un charlatán? En efecto, se han detectado en la biografía del suizo numerosos comportamientos deshonestos, como bien apunta José Luis Calvo en su artículo Erich von Daniken: Testigo de los dioses? La adulteración histórica más conocida fueron sus declaraciones sobre las Cuevas de los Tayos, situadas en la frontera peruano-ecuatoriana. Von Däniken aseguró haberse internado en esas excavaciones acompañado por el espeleólogo argentino-húngaro Juan Moricz, descubriendo allí una fantástica biblioteca subterránea escondida por los incas. Sino hubiera sido por el propio Moricz, quien antes de morir desmintió que Däniken hubiera estado alguna vez allí, el mito de las “enigmáticas placas metálicas” hoy gozaría de buena salud.

LA CRÍTICA CULTURAL
El único autor que sobrevoló a las refutación científica en busca de un significado más profundo del dänikenismo y sus variantes fue Wiktor Stoczkowski, quien en su obra “Para entender a los Extraterrestres” (Acento Editorial, 2001) no reparó tanto en la naturaleza de “las pruebas” aportadas por la tesis de Däniken como en las creencias que las fueron generando. En su formidable libro, Stoczkowski demuestra cómo Däniken abrevó de Pauwels, Bergier y Charroux. También probó que Däniken, Charroux y compañía eran ávidos lectores de novelas de ciencia ficción, existiendo registros de la pasión de Charroux por las civilizaciones perdidas en una novela policial que escribió en 1944 y de Däniken tiempo antes de publicar su primer libro. Las ideas presentes en la ciencia ficción no sólo precedieron a la teoría de los Antiguos Astronautas defendida por Däniken y los demás, sino que -escribe Stoczkowski- “el contenido de aquel género ofrece un repertorio casi completo de los principales temas de esta teoría, y que, además, todos los autores a quienes debemos sus versionas más conocidos siempre estuvieron muy influidos por la literatura de anticipación”. La "teología secular" de Von Daniken se inspira también en el teosofismo de Helena Blavatsky, en vertientes del gnosticismo y maneja una cosmología panteísta a la manera de Teilhard de Chardin, pese a lo cual niega el carácter divino de los Elohim: esa proximidad del autor suizo a una religiosidad laica es la que dará lugar a expresiones “ateas” de la ufología religiosa cuya forma más acabada es Claude “Raël” Vorilhon y su asombroso Movimiento Raëliano Internacional, que tanto dio que hablar a comienzos de 2003 cuando anunció que había creado el primer bebé clon.

Los datos sustanciales para elaborar esta biografía fueron obtenidos de tres obras:
Stoczkowski, Wiktor “Para entender a los Extraterrestres”; Acento Editorial, 2001.
Story, Ronald, The Space-Gods Revealed and Guardians of the Universe? (copia, s/referencias)
Feder, Kenneth; Fraudes, Mitos y Misterios (Atlántida, 1990)

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