Nació el 26 de junio de 1945 en Jacksonville, Florida, Estados
Unidos, y cursó sus estudios primarios en Virginia, Maryland, y
Wisconsin. En 1963 prosiguió sus estudios en el Carroll College,
donde se graduó por la Universidad de Wisconsin, Madison (1967).
Interesado en la relación entre ciencias físicas y sociales,
obtuvo la licenciatura en Psicología Fisiológica por la
Universidad de Tennessee y un doctorado por la Universidad de Manitoba
(1971). Desde ese año, enseña en la Universidad Laurentian
en Sudbury, en Ontario. Durante este período publicó más
de 200 artículos técnicos en revistas científicas
y escribió seis libros. A partir de su interés en las biociencias
sociales, Persinger se dedicó a estudiar la interacción
del cerebro humano con la actividad geofísica, el entorno meteorológica
y el comportamiento humano utilizando aproximaciones metodológicas
multivariables (estadísticas).
MULTIPLES CAMPOS DE INTERÉS Distintos autores le han reprochado
una excesiva generalización a la hora de establecer la influencia
entre los campos magnéticos y el reporte de experiencias humanas
extraordinarias. Sus dos primeros libros -ELF and VLF Electromagnetic
Field Effects (1974) y Space-Time Transients and Unusual Events
(1977)- están enfocados en esa área. En el segundo de ellos,
Persinger atribuye a la relación entre el lóbulo temporal
y las luces terrestres que tienden a aparecer en los terremotos la producción
de una enorme cantidad de fenómenos inusuales. Si bien aún
no está probado de que las tensiones tectónicas puedan producir
algo más potente que pequeñas descargas eléctricas,
Persinger asume que en los casos de encuentros cercanos con
efectos luminosos donde el observador interpreta a su visión
como OVNIs, el fenómeno -acaso una bola de plasma- afecta a su
cerebro, llevándolo a ver naves más o menos
complejas. Si el fenómeno se aproxima, el observador puede llegar
a alucinar una experiencia de abducción.
También ha publicado numerosos artículos sobre la TLE (Epilepsia
del Lóbulo Temporal) y su Teoría de la Tensión Tectónica,
la mayoría publicados en la revista Perceptual and Motor Skills
desde 1984.
UN ESPÍRITU RENACENTISTA A fin de ampliar su campo de estudio
desde un enfoque multidisciplinario, organizó el Programa de Neurociencia
del Comportamiento en el Departmento de Psicología de la Universidad
de Laurentian, donde integró Químicos, Biólogos y
Psicólogos. En 1983, recibió de la Marina de los Estados
Unidos un subsidio de 10 mil dólares para financiar sus estudios
de la relación entre campos magnéticos y actividad cerebral.
Pero luego de aquel controvertido apoyo de los militares, nunca más
volvió a aceptar un subsidio oficial. Ahora -dice- todo mi
trabajo es sostenido por mis ingresos particulares.
En en su sitio personal de la Universidad de Laurentian, Persinger explica
que se especializó en Neurofisiología Clínica a
fin de facilitar la integración de la Neurología, la Neuropsicología
y la Psicología para desarrollar métodos cuantitativos donde
los resultados puedan ayudar a adaptar a los pacientes a sustanciar y
moderar sus traumas cerebrales (1).
Tras escribir en 1987 Neuropsychological Base of God Beliefs,
comenzó a aplicar campos electromagnéticos para discernir
los patrones que inducen experiencias sensoriales que son atribuidas a
intrusiones que abarcan desde el rango de Dios a los extraterrestres.
Según su teoría, la mayoría de estas experiencias
pudieron ser generadas por microataques en el lóbulo
temporal. Estas minitormentas eléctricas alterarían
el flujo de información entre ambos lóbulos temporales,
distorsionando la forma en que el individuo se percibe a sí mismo
y el ambiente que lo rodea. Así, esa zona del cerebro actuaría
como caldo de cultivo para alucinaciones particularmente realistas y otras
experiencias paranormales causadas por influencias exteriores
tan sutiles como el campo magnético terrestre. Para poner a prueba
su teoría, Persinger adaptó un casco de motociclista, al
que le incorporó tres solenoides (poderosos imanes o bobinas que
generan campos electromagnéticos cuando conducen electricidad)
a la altura de ambos lóbulos del cerebro. Así, asegura
haber descubierto que -cuando se administran ciertos impulsos magnéticos
en esa área del cerebro- la actividad eléctrica resultante
produce importantes alucinaciones visuales, auditivas y táctiles
(2).
Otros voluntarios describieron experiencias diferentes, entre ellas la
sensación de flotar, salir del cuerpo e incluso de
abducción por parte de seres extraterrestres. Su cobayo
más famoso fue la psicóloga Susan
Blackmore, quien participó en un experimento conducido
por Persinger y declaró sentir cómo era arrebatada
por los hombros por alguien en el curso de la sesión.
Por otra parte, voluntarios acostumbrados a protagonizar experiencias
místicas confiaron que la experiencia les facilitó sensaciones
parecidas a las que solían vivir sin él. Persinguer
descubrió que podía conseguir diferentes efectos si variaba
la naturaleza del campo electromagnético. El responsable de las
presencias naturales es el llamado pulso Thomas,
llamado así en honor al investigador que lo desarrolló.
Persinger no es teísta. Su preocupación por la Neurofisiología
de las creencias, explica, surge de su deseo de contribuir a explicar
el fenómeno de la conciencia y el futuro de la existencia humana.
Varias veces destacó que su objetivo no es determinar si
Dios existe o no sino en hallar aplicaciones terapéuticas
de sus descubrimientos. Por ejemplo, aliviando el sufrimiento de los enfermos
terminales estimulando sus cerebros con campos electromagnéticos
(3).
[Por Alejandro Agostinelli. Este texto es parte del Proyecto Enciclopedia
Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios. Exclusivo para Dios! ©
2002 Todos los derechos reservados.]
Bibliografía:
(1) Persinger, Michael. Presentación del Neuroscience Behavorial
Program en http://www.laurentian.ca/neurosci/
(2) McNally, Joe. Todo lo que Ud. quiso saber sobre la Epilepsia
del Lóbulo Temporal. En Fortean Times N° 108, marzo
de 1998.
(3) Alzogaray, Raúl A. El costado biológico
de la religión, en suplemento Futuro del diario
Página/12, Buenos Aires, Argentina, 20 de febrero de 2002.
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Blackmore
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