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[CIBERMARKETING]
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SAN
PEDRO TE ESPERA EN EL CIELO DIGITAL |
Por
Alejandro Agostinelli |
Los
movimientos ciberespirituales se nutren de las fantasías
técnicas alimentadas por la propia naturaleza de la
Web: la etérea levedad del sofware que la constituye
es impalpable como el alma de un ángel, su volumen
y profundidad son capaces de interpenetrar infinitos mundos
imaginarios, su alcance es universal. La Parte, se podría
decir, cobra sentido dentro del Todo: todo portal conecta
al cibernauta con otros sitios o portales, todo cibernauta
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(en
plan espiritual o no) sabe que tiene a su alcance infinitos
motores de búsqueda que le permitirán navegar sin
límites, otorgándole a la experiencia un sentido
inefable, totalizador. En su abrumadora soledad, el navegante
virtual, como el místico que busca la Iluminación,
es consciente de que está por emprender una experiencia
introspectiva y expansiva en partes iguales. Su aventura mística,
finalmente, será multidimensional. Otros indicios avalan
esta tesis. Pocos hablan de publicar sitios o textos en Internet:
las páginas se suben.
Las campañas de marketing también supieron explotar
el imaginario religioso de la web. Hace millones de años,
cuando la web invadió la tele con sus anuncios, el portal
latino Yuppi (http://www.yuppi.com)
mostró a una joven enfurecida con alguien. -¡No
te entiendo!, lloraba y sus lágrimas salpicaban la pantalla.
Tras aporrear a su notebook, el espectador descubre que el objetivo
de sus maldiciones no era alguien sino algo: su antigua conexión
a Internet. Al final, reza agradecida: acaba de optar por Yuppi,
su nueva puerta de acceso al cielo digital.
POSTCRIPTUM: Yuppi, al final, acabó
entregándose a los brazos de ángeles como
los de Quino (de ahí la ilustración) y las millonadas
que pautó en publicidad no alcanzaron para convencer que
sus servicios no eran equivalentes a encontrar el paraíso
en la Tierra. Por más fe que tenga el paciente, a la hora
de entrar en terapia intensiva todos somos materia interestelar
en manos de hombres que harán las cosas lo mejor que puedan.
Toda la fe del mundo no alcanza si el mural del cielorraso muestra
un mensaje bestial. Porque una cosa es Dios y otra las metáforas.
Bussines are bussines, men...
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