[ EDITORIAL Nº 1 ]

  DIOS! ¿QUÉ ES ESTO?

 

“Borges dijo que en las ficciones con un misterio, el autor revela el misterio al final o no lo explica. Cuando lo explica, el lector ha gozado de una magia provisoria, de una suerte de prestidigitación; pero esta metáfora no debe llevarnos a afirmar que la explicación, la vuelta a la realidad, tiene que defraudar. Hay explicaciones que echan como una luz en el relato, que maravillan más que el enigma.”

Adolfo Bioy Casares

 
Aunque algunos expertos en marketing con sentido del humor nos aconsejaron anunciar lo contrario, Dios! no es la Web del Creador. “¡No invoquéis en vano el nombre del Señor!”, pusieron el grito en el cielo algunos apresurados. Tales suspicacias son comprensibles. Pero no hay nada que temer: Dios! no exaltará creencias extraordinarias ni, al revés, traicionará a los creyentes soltándoles una legión de predicadores de herejías antirreligiosas. Tampoco espera crear una nueva religión digital ni es el nido virtual de una secta de antropólogos anónimos en busca de cobayos para consumar un atroz experimento cibermístico. No, nada de eso: este es un asunto menos pretencioso.  
"Wildseed" por Wayne Barlowe
  Qué es Dios!, entonces?
Es fruto de la iniciativa de un grupo de especialistas en enigmas culturales fascinados con las vivencias, los fenómenos y los conocimientos que tienen un mismo denominador: el asombro, esa primera reacción ante experiencias, divinas o humanas, que nos maravillan o nos horrorizan, que nos hechizan o nos asustan. Que, en fin, nos emocionan invitándonos a reflexionar.
¿Cómo delimitar las fronteras de nuestra curiosidad? Condensémoslo en una frase: estamos enamorados de lo extraño. Pero no solamente: también -y sobre todo- deseamos iluminar y comprender el extraño objeto de nuestro amor. B. Le Bovier de Fontenelle lo escribió antes y mejor: “Estudiemos el espíritu humano a través de sus más extraños productos: suele ser en ellos donde se muestra más diáfano”.
 
Sobrellevamos nuestro oficio, que consiste en contar lo que aprendemos, investigamos y descubrimos, a contrapelo de la consigna que impartía un viejo maestro del periodismo canalla: “Nunca permitas que la verdad te impida ser un buen periodista”. En nuestro caso, “la verdad” no es un obstáculo sino una tensión en pos de un objetivo: enaltecer la búsqueda de “la verdad” en sus diversas facetas sin entronizar opiniones uniformes. Nuestra modesta declaración de principios no pretende originalidad, pero sí predicar con el ejemplo: levantar acta de relatos, hechos, personajes y creencias en apariencia extravagantes a fin de ampliar las fronteras del conocimiento, honrando el espíritu crítico.  
 
  Tensar la cuerda entre las creencias modernas, las experiencias extraordinarias y los fenómenos inusuales y examinar la evidencia (sin olvidar que la ciencia es otro artefacto humano) para encontrar algo que se parezca ¿a una verdad? ¿a diferentes verdades? ¿a varias? ¿a ninguna?
La misma búsqueda es, quizá, parte de la respuesta. La sorpresa, muchas veces, está en la variedad. En las lecturas contradictorias, complementarias y contrastadas de esa amalgama de experiencias extrañas de que está hecho el mundo real.
Dándonos la oportunidad para hacer de las sorpresas intelectuales que deparan ciertos misterios una experiencia apasionante e instructiva. Pero, a la vez, preparándonos para dar un salto sobre escombros y maravillas de la realidad para interpretarla a partir del juego de espejos que ésta representa.
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