Además, es autor de Más allá de la luz
y Regresiones, donde cuenta que tuvo ocasión
de visualizar nueve encarnaciones anteriores. En sucesivas regresiones
hipnóticas descubrió haber sido cavernícola,
aldeano en una selva africana, cazador de mamuts, obrero y mujer
artísta en China. También recordó haber
sido arrojado a la fosa de los leones en el Coliseo romano y mercader
en Oriente Medio. Todo un alarde de modestia: en general, los
regresados a vidas pasadas nunca son menos que faraones, princesas
o emperadores.
MÁS
CERCA DEL ESPIRITISMO
La
segunda semana de abril de 1995, Moody presentó en la Feria
del Libro de Buenos Aires Reencuentros: contactos con los
seres queridos tras su muerte. Allí sugiere que es
posible hablar con los difuntos concentrándose frente a
un espejo.
-¿Es
que con el tiempo se achican las diferencias con el espiritismo?
Moody:
Hasta cierto punto, sí. Simplemente me estoy poniendo más
viejo y creo que, a mi edad, ya hay una apertura a la espiritualidad
que quizá antes no me permitía. Pero mi trabajo
sobre las apariciones de muertos en el espejo tiene mucho que
ver con las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM). Una dificultad
de las ECM es que no pueden ser reproducidas de una manera confiable.
No podemos observar el fenómeno en condiciones preestablecida
ni estar presentes cuando sucede. Y ahora encontré esta
manera de experimentar.
-La
doctora Susan
Blackmore simuló un cerebro
moribundo, ella misma creó un túnel
neuronal mediante una computadora. ¿Esta vía
no le parece más útil?
Moody:
Todos los enfoques chocan con una dificultad. ¿Qué
relación hay entre las ECM y la vida después de
la muerte? Este es un problema filosófico insoluble. Aún
no sabemos cuál es la relación entre la materia
y la conciencia. ¿Quién sabe si hay vida después
de la muerte? Yo creo que debemos estudiar las ECM de manera que
no nos lleven a un callejón sin salida. Yo estoy abierto
a todas las ideas.
-
¿Por qué no profundizó en la dirección
propuesta por Blackmore?
Mi
línea está basada en mis antecedentes filosóficos.
Pese a que me enseñaron la filosofía del lenguaje
común y corriente, el favorito de mi corazón siempre
fue Platón. Por eso elegí
este sendero.
[Si
quiere profundizar sobre quiénes fueron los expertos
argentinos que intentaron impedir que esta entrevista fuera realizada,
lea Moody
sólo para complacientes.]
Primera
publicación: Sección En Trance, diario
La Prensa, Buenos Aires, 17 de abril de 1995. © Alejandro
Agostinelli. Todos los derechos reservados.
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