lado de Malcolm X
como del fiscal Jim Garrison) y a
denunciar las atrocidades cometidas por su gobierno en Vietnam,
tras los eventos del 11 de septiembre se ha tornado en una de
las voces más poderosas de la disidencia de la versión
oficial. Con devastadora elocuencia ha desnudado, y sigue haciéndolo,
las inconsistencias y mentiras que saturan las explicaciones que
el gobierno y los grandes medios han dado al respecto de los ataques.A
continuación, publicamos por primera vez la desgrabación
completa de la entrevista que me concedió Shoeman a propósito
de los atentados del 11 de setiembre del 2001.
- ¿Qué pasó realmente el 11/09/01?
Los eventos del 11 de septiembre reflejan una operación
que fue anticipada y prevenida por agencias de inteligencia de
distintas partes del mundo. La agencia de inteligencia rusa y
Putin ya habían dado señales al gobierno estadounidense
de los ataques planeados para esa fecha. Reportes similares fueron
recibidos de otras agencias, como la India y la Mossad. Asimismo,
hubo reportes en periódicos como el Allgemeine Zeitung
en Frankfurt, entre otros. Parecería que todo mundo estaba
al tanto de lo que ocurriría menos los servicios de inteligencia
estadounidenses. De hecho, las circunstancias del 11 de septiembre
reflejan claramente lo que se denomina un stand down (es decir,
que se bajó la guardia deliberadamente) de la Fuerza Aérea,
porque los edificios fueron atacados en Nueva York una hora y
quince minutos antes del ataque al Pentágono. Es un procedimiento
estándar que cuando el espacio aéreo prohibido como
el de Washington o el del World Trade Center es violado, o cuando
los radiofaros de los aviones no responden, inmediatamente salen
aviones a interceptar. Hay ensayos rutinarios diarios, desde hace
décadas, en los que los F-16 son enviados a interceptar
aviones en áreas prohibidas. Además, la gente acusada
de secuestrar los aviones estaba en listas de sospechosos que
debían ser vigilados del FBI y la FAA (Administración
de Aviación Federal), pero las líneas aéreas
no estaban informadas. Esta gente estaba viajando y comprando
boletos con sus propios nombres sin ningún problema. Al
analizarlo de cerca, tenemos que los acusados como Mohammed Atta
y quince o más de los supuestamente involucrados en el
secuestro, que estaban en Florida, fueron entrenados en bases
de la Fuerza Aérea estadounidense como Maxwell, en Alabama,
y Brooks, en Texas, así como en el Defense Language Institute
de Monterey, California. Y también, Mohammed
A tta y su equipo se hospedaron en la residencia de
una persona involucrada con la CIA en el asunto Irán-contras.
Otra cosa: la pequeña ciudad de Venecia, en el sur de Florida,
era la base de operaciones de Jackson Stevens, de la NSA (Agencia
de Seguridad Nacional), quien tiene una larga historia de operaciones
secretas y lavado de dinero con el BCCI (1).
GUERRA POR EL CONTROL
La operación del 11 de septiembre tuvo por objetivo asegurar
el control de billones de dólares en gas natural y petróleo
en las repúblicas del Asia central. Desde hace muchos años
las compañías petroleras, las agencias de inteligencia,
el Instituto de Energía de América, la Fundación
Afganistán, el Consejo de Relaciones Extranjeras y el Congreso
han recibido documentación de los planes de los Estados
Unidos para apoderarse de los recursos de las ex repúblicas
centroasiáticas de la extinta Unión Soviética.
La guerra en contra del pueblo afgano fue preparada, según
la agencia de inteligencia india y reportes de la BBC, desde junio
del año pasado. Y sabemos que el aparato terrorista de
Al Qaeda fue creado por la CIA. Bin Laden
y Gulbudin Hekmatyar recibieron seis mil millones de dólares
de la CIA para establecer una organización que era armada,
controlada y operada por el isi (Servicio de Inteligencia Paquistaní),
que también se encargó de llevar al talibán
al poder, con el dinero y la bendición de la CIA. El objeto
era facilitar la creación de un oleoducto a través
de Afganistán, que llevara el petróleo y el gas
de las repúblicas de Asia central. Debemos recordar que,
en 1993, tuvo lugar el primer atentado del WTC, organizado por
un oficial de alto rango de la inteligencia egipcia e informante
del FBI, quien propuso la operación, reclutó a los
participantes y grabó en secreto todas las reuniones de
preparación. Las transcripciones fueron depositadas en
las oficinas del FBI. Esta dependencia tuvo cincuenta cajas de
información acerca del atentado con seis meses de antelación.
Y la gente que se encargó de obtener un departamento, proveer
los fondos y rentar la camioneta resultó ser la Mossad.
Ese atentado fue una operación del FBI y la Mossad y
este es el fondo de la operación del 11 de septiembre.
TODO COMIENZA EN EL PENTAGONO
En el intrincado marco del tejido conspiratorio de los atentados
del 11 de septiembre, para Shoenman es fundamental explicar que
existen antecedentes que dan credibilidad a la hipótesis
de que la CIA y otras organizaciones de inteligencia estuvieron
involucradas en los actos del 11 de septiembre. Aquí, el
polémico activista traza una breve reseña de algunos
de los crímenes planeados o cometidos por estas agencias.
Shoenman: Sus lectores deben de estar informados de algo que se
llamó Operación
Northwoods (2), cuya documentación fue descalificada
recientemente. Esta operación fue planeada por la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA) y el Estado mayor estadounidense en
1962, bajo la dirección del general Lemnitzer, y fue aprobada
por todos los altos mandos militares. Esta proponía,
entre otras cosas, secuestrar aviones para estrellarlos en ciudades
estadounidenses, matando civiles, así como destruir el
cohete que llevaba como pasajero al astronauta John
Glenn [citado por James Bamford
en su libro sobre la NSA, “Body of Secrets”, pp. 82-91]. Esto
lo llevaría a cabo el ejército estadounidense y
se atribuiría a Fidel Castro y la Revolución Cubana
para dar pretexto a la invasión de Cuba. Los atentados
provocarían una histeria masiva en los Estados Unidos,
como la que se produjo después del 11 de septiembre. Este
no era un plan vano, sino que fue preparado cuidadosamente y fue
propuesto al presidente y al secretario de la Defensa. McNamara
y John F. Kennedy decidieron esperar
porque no querían que los Estados Unidos se involucrara
en Cuba de manera abierta, sino que preferían llevar a
cabo una operación secreta. No hubo objeción moral
alguna. Entonces, el Estado Mayor propuso un segundo plan que
sería un ataque a la base de Guantánamo por personal
militar estadounidense que sería atribuido al ejército
cubano y se usaría como pretexto para una invasión.
Esto tampoco fue aprobado por la presidencia, por lo que propusieron
informar a la inteligencia cubana las coordenadas de vuelo sobre
Cuba del avión espía U2, ocultando las fuentes de
esta información, con la esperanza de que lo derribaran
y que eso diera causa para invadir. Estaban preparados a matar
ciudadanos estadounidenses y a Glenn para engañar al público
y culpar a Cuba. Actos así no se pueden definir de
otra manera que como traición.
UNO, DOS, TRES VIETNAM
La resolución del Golfo de Tonkin en el tiempo de la Guerra
de Vietnam lleva la misma huella y cuando examinamos las circunstancias
de los eventos que rodean al 11 de septiembre encontramos un patrón
familiar. Fue una operación destinada a proveer el pretexto
y las bases para lo que el gobierno estadounidense define como
una guerra ilimitada, la cual según George
W. B ush puede durar hasta cincuenta años, como
una nueva Guerra Fría. De ninguna otra forma los dirigentes
del país hubieran podido obtener el consentimiento popular
y enormes aumentos en el presupuesto militar. El virtual agotamiento
del excedente presupuestario, la eliminación de servicios
sociales y la concesión a las diecisiete corporaciones
más grandes del país de descuentos fiscales por
diez años de 150 mil millones de dólares, son algunas
de las cosas que no hubieran sido concebibles sin las circunstancias
creadas el 11 de septiembre, las cuales también han
permitido establecer condiciones de virtual ley marcial, con la
suspensión de libertades civiles y planes para ocupar hospitales,
confiscar provisiones alimenticias e imponer vacunas obligatorias.
LA HUELLA DEL ANTRAX
En cuanto al supuesto ataque terrorista con ántrax, ha
habido más de 3.300 incidentes de distribución de
ántrax desde el primero de octubre de 2001. Y ahora tenemos
evidencia de que este ántrax tiene la huella digital inconfundible
del ántrax militar producido en laboratorios del ejército
estadounidenses, el aditivo squaline. La gente ha sido aterrorizada
con la posibilidad de una guerra biológica, cuando los
antecedentes son muy claros. En el libro “Clouds of Secrecy”,
Leonard Cole, quien trabajó en [la base militar] Fort Dietrick,
Maryland, describe cuarenta años de experimentación
con agentes biológicos por el Pentágono en varias
ciudades de los Estados Unidos: en el sistema de transporte subterráneo
de Nueva York, en el sistema escolar de Minneápolis y alrededor
de San Francisco. Fueron lanzadas billones de esporas de agentes
patógenos comprometiendo la salud de la población
en 239 blancos civiles en el país, como lo ha reconocido
The New York Times. Más de diez millones de personas
fueron afectadas por este programa clandestino. El verdadero origen
del terrorismo en contra del pueblo norteamericano puede encontrarse
en el Pentágono y la clase gobernante, ese dos por ciento
de la población que es dueña del noventa por ciento
de la riqueza nacional.
LOS INTERESES DE BUSH
Para el controvertido activista, los atentados del 11 de septiembre
fueron una operación destinada a servir como pretexto a
una guerra ilimitada para nutrir la vorágine del complejo
industrial militar estadounidense. -¿Qué piensa
usted de la reacción del presidente Bush el día
del ataque? -Cuando ocurrieron los eventos del 11 de septiembre
es claro que el presidente fue informado del ataque al WTC, pero
permaneció en la escuela en la que estaba hablando a un
grupo de niños. Después se lo llevaron a una base
estratégica de la fuerza aérea en Louisiana y de
ahí a otra base en Nebraska y no lo llevaron a Washington
sino hasta mucho después. El columnista conservador de
The New York Times, William Safire, escribió que lo
que le perturbaba de la explicación del gobierno para mantener
a Bush en esas bases era que supuestamente los secuestradores
se habían comunicado con el avión presidencial para
amenazarlo. Safire se preguntaba por qué los secuestradores
previnieron al presidente si realmente pensaban atacarlo, pero,
además, cómo los secuestradores habían conseguido
los códigos secretos para comunicarse con ese avión
y determinar su posición. Safire escribió que seguramente
había un espía en la Casa Blanca, la NSA, la CIA
y el FBI: “Lo primero que necesita esta guerra contra el terrorismo
es una operación de inteligencia para localizar a los espías”.
BUSH-LADEN: UNA VIEJA ALIANZA FINANCIERA
Hay un aspecto particular de la relación de Bush con los
eventos. En 1992 el Houston Chronicle publicó un
reportaje sobre una investigación criminal realizada por
la división de fraudes financieros del Departamento del
Tesoro y el FBI, acerca del lavado de dinero y del pago de enormes
cantidades de dinero a corporaciones estadounidenses con la intención
de manipular e influir en políticas gubernamentales. Los
fondos en cuestión eran nada menos que de la familia Bin
Laden y quien los recibía era George W. Bush, a través
de sus compañías Hurricane Energy y una entidad
llamada Arbusto (por Bush en español), las cuales recibieron
cantidades enormes de dinero. Esta información la retomaron
The Wall Street Journal y Judicial Watch, quienes hicieron
un análisis de Bush, sus compañías y la red
de Bin Laden. Los fondos en cuestión fueron mediados por
James R. Bath, un socio del BCCI (un banco que lavaba dinero del
tráfico de drogas para operaciones secretas de la CIA a
una escala enorme y que fue uno de los peores escándalos
bancarios de la historia) involucrado con Jalid Bin Mahfouz, quien
se dedicaba a transferir los fondos de Bin Laden a las compañías
de George W. Bush. Y de aquí salió el grupo Carlyle,
una institución de inversión valuada en catorce
mil millones de dólares, en cuya junta directiva están
Bush padre, el ex secretario de Estado George Shultz y Frank Carlucci,
ex secretario de la defensa y compañero de dormitorio en
la Universidad de Donald Rumsfeld; un verdadero who’s who
del Partido Republicano. Esta compañía, con su
enorme capital y relaciones con 240 jefes de gobierno, es un vehículo
para comprar empresas que tengan cualquier relación con
la industria de la defensa y después conseguirles contratos
maravillosos que inflen sus acciones de manera gigantesca,
dejando ganancias de miles de millones de dólares. El Carlyle
Group [ver la revista Red Herring, diciembre del 2001] no solamente
controla contratos militares, sino que tiene enormes subsidiarias
como United Defence y está profundamente involucrado con
la industria farmacéutica: Carter Wallace, Endo, Kelso,
Unilab y Eli Lilly.
- ¿Qué tiene que ver esto con las circunstancias
del 11 de septiembre?
El grupo Carlyle (3) está
tan asociado con los fondos de Bin Laden que prácticamente
existe gracias a ellos. Además, está relacionado
directamente con la compañía que tiene el monopolio
para producir la vacuna en contra del ántrax, Bioport.
Esta supuesta vacuna fue dada a quinientos mil soldados y trataron
de dársela a la fuerza a 2.6 millones de miembros de las
fuerzas armadas estadounidenses. La Asociación de Veteranos
de la Guerra del Golfo estableció que la supuesta vacuna
es tan sólo un experimento y es totalmente inútil.
Más de cien mil soldados padecen enfermedades neurológicas,
deficiencias del hígado y una plétora de enfermedades
relacionadas con la vacunación obligatoria de Bioport.
El director de Bioport es William J. Crowe, ex director del Estado
Mayor, quien fue embajador en Londres durante el gobierno de Bill
Clinton. En Londres, Crowe colaboraba con Fouad al Jibri,
quien junto con Ibrahim al Jibri son los principales accionistas
de Bioport. Fouad era asociado de Jalid bin Mahfouz y estuvo involucrado
en la privatización de Porton Down, la base donde el gobierno
británico producía armas biológicas y fabricaba
ántrax.
TERRORISMO Y ESPECULACION FINANCIERA
Ralph Shoenman también analiza los vínculos entre
Wall Street y los eventos del 11 septiembre, despertando aún
más dudas al respecto del supuesto origen de los atentados.
Y habla de varios personajes que pudieron tener conocimiento interno
de lo que se estaba preparando.
Al día siguiente del ataque -continúa
Shoenman-, la cadena ABC informó que los terroristas
no sólo habían causado inmensa destrucción
sino que además habían aprovechado la oportunidad
para lucrar al utilizar una herramienta financiera llamada “puts
y calls” para especular con las acciones de las compañías
perjudicadas, como American Airlines y United, entre otras. Esto
lo reportaron tanto la ABC como el reportero Frank Viviano
en el San Francisco Chronicle. Los mercados financieros
vieron un poco antes del 11 de septiembre un extraordinario incremento
en la venta de órdenes de compra de acciones de aerolíneas.
"Buzzy" Krongard, ex director ejecutivo de la CIA, estuvo
involucrado en muchas de estas ventas, con las que se obtuvieron
millones de dólares en ganancias al anticipar la caída
de estas acciones, como informó Here
in Reality (4).
Cuando se ponen "put options" uno está especulando
en el colapso o la caída del precio de la acción.
En pocas palabras, se establece un contrato que permite al comprador
vender en una fecha futura a un precio establecido en el contrato
sin importar el precio de mercado en ese momento. Los reportes
en los medios han rastreado estas transacciones, que han sido
enormes y estado todas en manos de gente relacionada con la CIA
y sus compañías subsidiarias. Esa documentación
es una prueba de que la CIA tenía conocimiento previo de
los eventos del 11 de septiembre. También hay que señalar
que el director de FEMA, que es la Agencia de Emergencias Federales,
en una entrevista para la CBS el 12 de septiembre, respondió
a la pregunta de qué tan pronto habían estado listos
para entrar en acción en Nueva York, diciendo que estaban
muy bien preparados desde el 10 de septiembre.
- ¿Cómo puede ser? Eso sería reconocer
que estaban enterados de la operación...
-Es una pregunta interesante. Hay dos explicaciones, dado que
lo dijo con autoridad por el puesto que ocupa: que tenemos una
revelación honesta o bien fue un terrible lapsus. Pero
lo que importa es que lo dijo y que nunca fue corregido. Y de
hecho también en la CBS entrevistaron al agente de la CIA
que controlaba a Osama Bin Laden y declaró: “Si no tuviéramos
a Bin Laden, tendríamos que inventarlo”. No hay que
olvidar que los miembros más prominentes del grupo Carlyle
estaban todos reunidos en el hotel Ritz Carlton, de Washington,
viendo la televisión el 11 de septiembre. Lo cual es una
extraordinaria coincidencia, si quieres llamarlo así.
Pero más allá de esto el general Mahmoud, que era
el director del ISI, el Servicio de Inteligencia Paquistaní,
que ha sido el gobierno de facto de ese país desde 1948,
estaba en Washington, en la NSA y el Departamento de Estado desde
la semana anterior al 11 de septiembre. El hizo una transferencia
electrónica de cien mil dólares a la cuenta de Mohammed
Atta [el supuesto líder de la operación y
el piloto de uno de los aviones]. Esto fue revelado por la agencia
de inteligencia india y publicado en el Hindustani Times
y después retomado por la Associated Press. Mahmoud fue
obligado a renunciar a su puesto, pero las circunstancias de esta
transferencia de dinero a Atta no fueron exploradas. El jefe anterior
del ISI, General Gul Hameed, dio una entrevista extraordinaria
a Arnaud de Borchgrave Free Mason
Watch (5), el editor de UPI. Gul Hameed fue el agente del
ISI que participó en la organización de Al Qaida,
el financiamiento de Bin Laden y del talibán. Gul Hameed
dice que los acontecimientos del 11 de septiembre fueron obra
de la fuerza aérea estadounidense y la Mossad israelí.
Dijo: “Yo conozco la situación desde adentro, ustedes me
entrenaron”. Lo que pasó ese día fue un stand
down, que es un procedimiento estándar, lo entrenamos
en Paquistán y en los Estados Unidos. No puedes tener aviones
civiles entrando en espacio aéreo prohibido, como el Pentágono,
la Casa Blanca o el WTC en Nueva York y no tomar medidas. No puedes
tener una situación en la que fallen los radiofaros de
un avión por más de una hora sin una respuesta.
“Mire, seamos serios, esta es una operación de una sofisticación
enorme. ¿En serio cree que fue coordinada desde cuevas
en Afganistán?” Es ridículo. Además,
de que Gul Hameed asegura que el propio Bin Laden le juró
sobre el Corán que él no había tenido nada
que ver. Estas evidencias coinciden con otras pruebas que están
emergiendo de muchas otras partes.
Naief Yehya © 2001-2002
Primera publicación: Jornada Semanal (en seis entregas).
La serie completa se publica con la expresa autorización
del autor.
ENLACES RELACIONADOS
1) FAS http://www.fas.org/irp/congress/1992_rpt/bcci/).
2) Operación Northwoods (http://www.gwu.edu/~nsarchiv/news/20010430/)
3) Grupo Carlyle (http://www.guardian.co.uk/wtccrash/story/0,1300,583869,00.html)
4) Here In Reality (http://www.hereinreality.com/insidertrading.html).
5) Free Mason Watch (http://www.freemasonwatch.freepressfreespeech.com/hameedgul.html).
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