Me alegro que el atolondrado de Martin
S. Kottmeyer se haya decidido a contestar (en las páginas
de Magonia) las críticas
que de sus trabajos hice en mi ensayo "The Abduction Conundrum"
(El Enigma de las Abducciones), publicado originalmente en The
Anomalist (1). Siempre me he preguntado cómo Kottmeyer,
que ya me parece bastante absurdo cuando habla por sí sólo,
llegaría a comportarse en un debate. He quedado defraudado.
Para ser honestos, ni siquiera creo que Kottmeyer entendiese lo
que escribí.
Para empezar yo no creo haber admitido que cualquiera
pueda encontrar antiguos relatos de ciencia-ficción (SF
en adelante) que anticipen fragmentos de las narrativas de abducción
actuales. Más bien, podría decirse que yo me reía
"por lo bajini" -o incluso que llegaba a hacerlo abiertamente
- de lo sencillo que resulta hacerlo. El verdadero problema está
en demostrar que todas esas anticipaciones tienen algún
significado.
Todo depende de lo que uno quiera decir con la palabra
"elementos". Resulta extremadamente sencillo encontrar "elementos"
de los relatos de abducción en la ciencia-ficción,
si por "elementos" nos referimos a detalles aislados, extraídos
de su contexto original y comparados con detalles de abducción,
igualmente extraídos de su contexto. Y esto es exactamente
lo que hace Kottmeyer. Como yo decía en mi artículo:
"¿Insiste Budd
Hopkins
en que los relatos de abducción no aparecen en la ciencia
ficción? ¡Ajá! Quizá los alienígenas
dejen sus marcas en los cuerpos de quienes abducen, pero ese
detalle ya aparecía en la película de 1954 Killers
from Space. ¿Se quedan embarazadas de forma misteriosa
las mujeres abducidas? Lo mismo ocurre en Village of the
Dammed (El pueblo de los malditos) ¿Los alienígenas
tienen ojos enormes? Ver Invasion of the Saucer Men (La
Invasión de los Hombres del Espacio). ¿Son capaces
de leernos el pensamiento? Earth versus the Flying Saucers
(La Tierra contra los platillos volantes)."
Nótese que todos estos "elementos" han sido
arrancados de su contexto original y comparados con "elementos"
del fenómeno abducción, también aislados
del contexto. El significado de estos "elementos", tal como aparecen
en esas viejas películas de SF mencionadas por Kottmeyer,
podría ser completamente diferente de su significado en
los relatos de abducción.
Por ejemplo, las mujeres que denuncian haber sido
abducidas, en ocasiones aseguran haberse quedado embarazadas sin
haber mantenido relaciones sexuales. Naturalmente, tales denuncias
son realizadas en solitario. No salen a la palestra acompañadas
por docenas de otras abducidas, todas ellas asegurando haber descubierto
sus embarazos el mismo día. Más adelante, si hemos
de creer esa clase de narraciones de abducción, acaban
dando a luz a un híbrido humano -bebés alienígenas
que les son arrebatados para ser criados y educados por los alienígenas
a bordo de sus naves, aunque de vez en cuando necesiten los abrazos
y demás atenciones de sus madres naturales.
Village of the Dammed (El pueblo de los malditos)
nos cuenta una historia muy distinta. En este caso, es todo
un pequeño pueblecito británico el que queda de
alguna forma aislado del mundo que los rodea. Nueve meses después
del suceso, todas las mujeres del pueblo dan a luz a niños
que se desarrollan de forma muy peculiar (llamativamente rubios,
impasibles, y con unos ojos irresistibles). Todos los niños
trabajan al unísono enfrentándose a las autoridades
terrestres, un escenario a años-luz de distancia de las
historias sobre embarazos que aparecen en los relatos de abducción.
Por decirlo de una forma muy clara, Kottmeyer no
es capar de distinguir el bosque de los árboles. Sus ideas
resultan vulgares al ser tan ciegamente literales. Budd Hopkins
dijo algo en la línea de argumentar que la narrativa abduccionista
no aparecía en la cultura precedente. Kottmeyer intenta
refutarlo encontrando algunos elementos aislados. Estos elementos
están tomados de contextos tan diferentes que, para mí,
más bien refuerzan la verdad de lo afirmado por Budd.
Desde luego, Kottmeyer es muy libre de disentir,
pero es que además, incluso su metodología es defectuosa.
En cualquier investigación social seria, la gente no se
dedica a afirmar que algunas similitudes son significativas sin
(1) establecer medidas cuantitativas precisas de lo que están
tratando de demostrar; y/o (2) establecer alguna autoridad más
allá de su propia opinión que reconozca las similitudes
propuestas.
Para adoptar esta segunda aproximación, es
necesario reunir un grupo de personas que puedan actuar como jueces
imparciales. Se les entrega como lectura diversos relatos de abducción
y luego se les muestra Village of the Dammed. A continuación
se les pide que comparen ambas narraciones en base a una escala
numérica de similitud, desde 1 (sin parecido) hasta 5 (similitud
casi total). De esta forma, puedes presentar tu propia opinión
en el contexto de las ideas de terceras personas. Y con ello,
no simplemente demuestras haber encontrado ciertas similitudes,
sino que muchas otras personas también las consideran como
tales.
Por su parte, el primer enfoque pasa porque especifiques
lo que estás tratando de probar, y cuales serán
los patrones por lo que se considerará o no probado. Por
ejemplo, si estás tratando de probar que las historias
de abducción tienen unos antecedentes tangibles en la SF
precedente, puedes seleccionar una docena de elementos de estos
relatos y tratar de establecer con que frecuencia aparecen en
las historias de SF, y en qué combinaciones.
Supongamos que has escogido (entre otros) los tres
elementos que mencioné al describir la forma de trabajar
de Kottmeyer: marcas que aparecen en los cuerpos de los abducidos,
alienígenas preñando a sus abducidas, y alienígenas
con ojos grandes. Tu hipótesis es que estos elementos pueden
encontrarse en la SF clásica, y que existe algo más
que una conexión casual entre su aparición en dichos
relatos y en los informes de abducción. En otras palabras,
quieres demostrar que su aparición, primero en los relatos
de SF, y posteriormente en los informes sobre abducción,
es algo más que una mera coincidencia.
Para conseguirlo, debes específicar primero
cuales serán los patrones por lo que se considerará
o no probado tu aserto. Puedes decir, por ejemplo, que considerarás
probada tu teoría si los elementos que has citado se dan
con mayor (o al menos) igual frecuencia en los casos de abducción
y en los relatos de SF; en otras palabras, cuando demuestres que
son elementos importantes para ambas narrativas. También
podrías además demostrar que se presentan en las
mismas combinaciones. ¿Con qué frecuencia aparecen juntos
estos tres elementos en los informes de abducciones? ¿ Con qué
frecuencia denuncian las mujeres haber sido secuestradas por alienígenas
de grandes ojos, haber quedado embarazadas de resultas de tales
encuentros y haber encontrado marcas en sus cuerpos? ¿Y con qué
frecuencia aparecen esos mismos tres elementos en la SF?
Para alcanzar alguna conclusión, te dedicas
a leer una gran cantidad de informes sobre abducciones, construyendo
tablas que muestren la frecuencia de aparición de cada
elemento aisladamente y de forma conjunta. Al mismo tiempo, analizas
otro gran número de relatos de SF, te pasas horas viendo
películas de SF y acabas elaborando el mismo tipo de tablas.
Y comparas los resultados. Me permito sospechar que acabarás
encontrando que esos tres elementos son muy comunes en los relatos
de abducción pero muy poco frecuentes en las historias
de SF. También sospecho que la combinación de
los tres se dará con mucha mayor frecuencia entre las abducciones.
Reconozco de entrada que no he hecho nada de esto,
así que mis sospechas no tienen gran valor. Pero tampoco
Kottmeyer ha hecho nada similar, y sin embargo parece actuar bajo
la premisa de que el mero hecho de encontrar una anticipación
de cualquier elemento de una abducción en cualquier ejemplo
anterior de SF (incluso si sólo aparece una vez) resulta
significativo. Esta es la razón por la que califico sus
razonamientos de vulgares. Se limita a guiarse por lo obvio, sin
darse cuenta de todas las presunciones no contrastadas que subyacen
bajo sus palabras. No parece tener la menor idea de como funcionan
las ciencias sociales, ni de lo que pude constituir una prueba.
(NdT: aquí el autor repite párrafos
de su texto original)
Por otro lado, ¿por qué debería yo
aceptar "el montaje interpretativo desarrollado por David
Jacobs, Hopkins y Bullard", i.e. que los alienígenas
llegaron a nuestro planeta en torno a 1947? ¿Dónde he dicho
que esté de acuerdo con ellos? Quizá parezca que
estoy defendiendo algunos aspectos del mismo, pero eso no significa
que yo esté plenamente de acuerdo con ellos. Una vez más,
Kottmeyer está jugando al pilla-pilla.
Además, en la actualidad Dave (Jacobs) afirma
(en The Threat) que los alienígenas empezaron su
programa de abducciones a finales del sigo XIX. Así que,
evidentemente, ya estaban aquí mucho antes de 1947. Desconozco
si Budd (Hopkins) ha señalado alguna vez una fecha para
la llegada de los alienígenas. El año 1947 es la
fecha generalmente aceptada, porque fue entonces cuando los informes
sobre OVNIs empezaron a ser tan frecuentes que no podían
seguir pasando desapercibidos, pero eso no significa (incluso
asumiendo que los OVNIs sean alienígenas) que los extraterrestres
no puedan haber llegado aquí mucho antes.
Finalmente, resulta casi una afrenta ver como Kottmeyer
relaciona a Eddie
Bullard con Budd y Dave
en un mismo párrafo. Eddie (un verdadero agnóstico
de las abducciones, a pesar de los problemas que sus investigaciones
acarrean para los escépticos) nunca jamás ha declarado
pensar que los alienígenas estén aquí. Sumarlo
al carro con Budd y Dave me parece absurdo y fruto de una clara
ignorancia.
Me encanta ese párrafo donde se me califica
de loro. Para empezar, Kottmeyer encuentra en la SF clásica
algunos detalles aleatorios similares a los que se incluyen en
las abducciones, y asume que esos relatos de SF han ayudado en
alguna forma a generar los actuales casos de abducción.
Entonces encuentra en uno de los libro de Dave Jacobs algo como
lo que yo he dicho, y asume que yo me dedico a repetir "como un
loro" lo que Dave escribió. Ni siquiera que Dave pudo haberme
influenciado, sino que yo me dedico a repetirlo, como si los escritos
de Dave hubiesen servido de pauta para los míos.
Bueno, al menos Kottmeyer es coherente. Otra vez
parece incapaz de concebir que yo haya podido llegar independientemente
a la misma conclusión que Dave, ni que quizá me
limité a exponerlo así en mi artículo porque
habiendo meditado la cuestión, llegué a la conclusión
de que en ese punto estábamos de acuerdo.
Pero lo realmente divertido es donde dice: "Sandow
pretende que yo respondiese en un artículo escrito en 1990
a un argumento que no fue formulado hasta dos años más
tarde". No, lo que Sandow está diciendo es que ese argumento
resulta tan obvio que el propio Kottmeyer debería haberlo
pensado por su cuenta, y que nadie que no estuviese limitado por
una mente inexorablemente literal hubiera entendido de qué
va el debate actual, y hubiese anticipado la objeción más
obvia que cualquiera que no estuviese de acuerdo con él
le plantearía.
Pero es que Kottmeyer no parece entender cuál
es el meollo de la cuestión. Parece incapaz de comprender
que es la narrativa abduccionista en su totalidad la que Budd
y otros consideran única, y que por consiguiente, el hallazgo
de detalles aleatorios de la misma en la SF precedente no prueba
nada en absoluto.
Eso me recuerda (aunque sea una digresión)
a las decenas de pleitos que sufren las estrellas del rock por
parte de letristas o músicos desconocidos. "Vd. asegura
haber escrito personalmente ese gran éxito, pero yo mismo
escribí la melodía ¡hace diez años!". O,
más bien, lo que escribieron era algo que sonaba como una
pequeña parte de la melodía en cuestión.
Estos músicos desconocidos nunca ganan esos pleitos, y
ello es así porque los jueces y jurados saben que, considerando
los millones de personas que escriben canciones, los parecidos
ocasionales son inevitables. Así, la sinfonía
"Heroica" de Beethoven comienza con un tema que también
aparece en la obertura de una opera apenas conocida escrita por
Mozart a los 12 años, pero nadie piensa que Beethoven le
robó la idea a Mozart.
E incluso cuando un compositor repite de forma consciente
algo escrito por otra persona, el parecido sigue sin tener gran
significado, porque el contexto de ambas obras puede ser muy diferente.
Cuando Brahms (que en esa época de su vida era ya un compositor
maduro, con muchas obras maestras a sus espaldas) dio a conocer
su primera sinfonía, mucha gente señaló un
cierto parecido entre parte del tema principal del último
movimiento y parte del famoso tema del último movimiento
de la Novena Sinfonía de Beethoven. Para Brahms, sin embargo,
no había ninguna duda. "Lo más asombroso", contestaba
cada vez que alguien sacaba la cuestión, "es que cualquier
tonto puede reconocerlo". Y así es, más o menos,
como yo mismo me siento respecto de las semejanzas mucho más
triviales que Kottmeyer encuentra.
Antes, Kottmeyer, desconociendo dónde se
situaba Bullard en el debate sobre las abducciones, lo agrupaba
con Budd y Dave. Y ahora, al tachar como embarazoso ese elemento
del seguimiento permanente de los abducidos por los alienígenas,
decide qué partes del escenario abduccionista tienen importancia
y cuáles no.
Claro que estamos de acuerdo en que necesitamos
pruebas materiales de las abducciones. Pero una vez más,
Kottmeyer confunde totalmente mis palabras. Lo que yo quiero decir
es que su teoría debe permitirnos determinar si es cierto
que la SF influencia los relatos de abducción. Esto
es, él debería presentar unos criterios claros que
permitan decidir si tal influencia es, o no, real. Criterios
que, además, deben ser verificables. Yo mismo apuntaba
una forma de hacerlo: elaborando predicciones.
Pero Kottmeyer empieza por refutar las predicciones
de los abducidos, respaldadas por Jacobs o Mack. Yo hubiera preferido
que él mismo ofreciese sus propias predicciones a partir
de su teoría, para poder determinar si ésta es correcta.
Cuando finalmente ofrece algo razonable, relevante
y concreto, Kottmeyer se basa en un estudio de 14 abducidos. No
puede decirse que sea una muestra muy significativa y además,
me pregunto cómo fueron escogidos (y está es una
pregunta real, no retórica). Al menos, ¿habrán sido
examinados sus relatos de abducción por un investigador
cualificado? Por último, recordaré que han existido
otras predicciones de la hipótesis psicosocial, como la
de que los abducidos tendrían personalidades "tendentes
a la fantasía". Tal predicción ha resultado falsa
(2).
Sin embargo, lo importante es que yo había
pedido hipótesis verificables relacionadas específicamente
con las afirmaciones de Kottmeyer sobre la ciencia-ficción,
y él me responde con una sobre las hipótesis psicosociales
en general.
He mencionado en repetidas ocasiones que nuestras
especulaciones (y aquí incluyo también las de Kottmeyer)
no resultan de utilidad en un contexto serio, de ciencias sociales.
Con ello quiero decir que los científicos sociales pueden
haber estudiado ya algunas de las cosas de las que hablamos, por
ejemplo, cómo las ideas pasan de la ficción a la
creencia. Si vamos a especular con que esto es lo que podría
haber ocurrido con las abducciones, es necesario empezar por analizar
la literatura de las ciencias sociales, por si apareciera en ella
algunos descubrimientos sobre cómo pueden ocurrir esas
cosas, o al menos, sobre cómo han ocurrido en el pasado.
Quizá resulte que, en un contexto de una
ciencia social en serio, Kottmeyer esté proponiendo algo
totalmente novedoso. Por otro lado, también puede ocurrir
que lo dicho sea tan obvio que apenas necesite ser probado.
Pero él mismo no parece saber dónde está,
y para evitarse la responsabilidad de edificar su trabajo sobre
una base más sólida, pretende escaparse alegando
que yo estoy pidiendo una "gran teoría unificadora".
Desconozco que tipo de lecturas literarias hace
Kottmeyer, pero me gustaría recomendarle un ensayo del
gran escritor argentino Jorge Luis Borges,
titulado "Kafka y sus precursores". En él, Borges afirma
que, de hecho, Kafka creó
a sus propios predecesores, al crear algo tan nuevo que sólo
"a posteriori" pueden reconocerse parte del mismo en los escritores
que lo precedieron:
"Si no estoy equivocado (escribe Borges), estas
piezas heterogéneas que acabo de enumerar nos recuerdan
a Kafka; si no estoy equivocado, apenas si tienen parecido
entre ellas. Este segundo hecho es el más significativo.
En cada uno de estos textos encontramos la idiosincrasia de
Kafka en mayor o menor grado, pero si Kafka nunca hubiese
escrito una línea, seríamos incapaces de percibir
tal cualidad; en otras palabras, no existiría... En
el vocabulario de los críticos, la palabra 'precursor'
es indispensable, pero debe mantenerse limpia de cualquier
connotación de polémica o rivalidad. El hecho
es que cada escritor crea sus propios precursores.
Su trabajo modifica nuestra concepción del pasado,
de igual forma que modifica el futuro" (Borges, Laberintos:
Historias Selectas y Otros Escritos)
En el mundo de los psicosociólogos, la palabra
"precursor" resulta inevitable, pero debería mantenerse
limpia de cualquier connotación de causalidad. Si las narrativas
abduccionistas no existieran, no encontraríamos ningún
significado en los detalles que Kottmeyer identifica en viejas
películas de SF, y ciertamente, seríamos incapaces
de encontrar cualquier relación entre ellos. No existiría.
Es la propia narrativa abduccionista la que ha otorgado significado
a esos detalles, o al menos, así lo ha hecho en la mente
de Kottmeyer. En verdad, las películas de SF no crearon
la narrativa abduccionista. Por contra, es la propia narrativa
abduccionista la que convierte a dichas películas en algo
mucho más importante de lo que son.
PARTE II: LA PERTINENCIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ([N
del Editor] En esta segunda parte Sandow trata de mejorar su intento
por desafiar la tesis de la influencia de la ciencia-ficción
en los relatos de abducción: el autor defiende que la existencia
previa de la c-f no es determinante para explicar por qué
surgieron estas historias.)
No estoy seguro de haber escrito toda mi réplica
a Martin Kottmeyer tan claramente como debería. Y, en cualquier
caso, me gustaría explayarme en un par de puntos.
Primero, ¿por qué necesitamos de las ciencias
sociales cuando discutimos sobre las explicaciones psicosociales
de los informes OVNI? Esencialmente, por las mismas razones que
necesitamos apelar a la Física. Pero en mi anterior nota
no di ningún ejemplo concreto, y querría hacerlo
ahora. En ocasiones los escépticos, claro está,
explican el fenómeno de las abducciones atribuyéndolo
a "histeria de masas". Si estuviéramos hablando sobre una
luz en el cielo, y un escéptico pretendiese explicarla
como un espejismo, tendríamos que discutir sobre la física
de los espejismos, para determinar si efectivamente la luz podía
explicarse de esa manera. Los efectos ópticos obedecen
ciertas leyes, y si la luz no se comporta de la forma en que sabemos
que se comportan los espejismos, lo más probable es que
no lo sea.
Las ciencias sociales nos ofrecen una alternativa
similar, aunque reconozco que no tan rotunda. Por ejemplo, ya
he mencionado que los escépticos han esgrimido la "histeria
de masas" como explicación de las abducciones. Y sin embargo,
de alguna forma, por tratarse de escépticos y de ciencias
sociales, nadie se para a preguntarse qué es la "histeria
de masas". ¿Existe en verdad tal fenómeno? ¿Qué
ejemplos del mismo se conocen? Si existe, ¿está regulada
por leyes, como los espejismos? ¿Serían aplicables tales
leyes a las abducciones?
En 1992, durante la Conferencia sobre Abducciones
que tuvo lugar en el MIT, el sociólogo Robert
Hall se refirió a esta cuestión. Describió
varios ejemplos de histeria de masas, pero ninguno de ellos se
extendió durante mucho tiempo, y todos aparecían
centralizados en lugares concretos. Ninguna mostraba un comportamiento
como el fenómeno de las abducciones que es internacional
y lleva con nosotros bastantes años. Esto, desde luego,
no prueba que las abducciones sean reales, pero sí sugiere
que la histeria de masas no resulta (al menos en base a los
conocimientos actuales) una explicación tan útil.
(Desde luego, puede argumentarse que las abducciones son una forma
nueva de histeria de masas, pero ese sería un razonamiento
claramente circular).
¿Cómo se aplica todo esto al caso de Kottmeyer?
Su tesis (parece que no quiere llamarla teoría, quizá
porque él la da como un hecho indiscutible) es que una
parte crucial de las narrativas abduccionistas se derivan de la
ciencia-ficción. Uno de mis reproches es que él
no sitúa nada de esto en el contexto de alguna ciencia
social. Se encuentra con alienígenas de ojos grandes
en una película SF, y los enarbola como si tuviesen alguna
conexión con los alienígenas de ojos grandes que
aparecen en las abducciones.
Pero, ¿cómo sabe que existe realmente tal
conexión? Llegados a este punto es cuando se hace necesario
volverse hacia las ciencias sociales, aunque yo soy el primero
en no ser un científico social, y por tanto no puedo facilitar
los conocimientos necesarios. No obstante, tengo alguna idea de
nuestras necesidades al respecto. Kottmeyer cree que ciertos elementos
narrativos pueden desplazarse del campo de la ficción hasta
llegar a ser percibidos como hechos; que algo como la idea de
unos alienígenas de ojos grandes puede empezar en una película
y acabar siendo algo que la gente considere real.
Pero, ¿ocurre eso realmente? Cualquier científico
social (mejor un sociólogo) podría decirnos si existen
ejemplos conocidos de tal evolución. Y en caso de que existan
¿cómo son? ¿Se comportan como el fenómeno de las
abducciones, o de forma diferente?
No puedo dejar de dar mi opinión, aunque
ya he dicho que no soy un científico social. Yo mismo puedo
pensar en varios ejemplos donde algo que comenzó en la
ficción ha quedado establecido en el mundo real. Mi primer
ejemplo será el nombre de Cora. Hace unos años,
quedé profundamente impresionado al descubrir que se trataba
de un nombre totalmente inventado, imaginado por James Fennimore
Cooper en El último mohicano para hacer que su heroina
sonase más exótica y romántica. A sus lectores
debe haberles gustado el nombre, porque se puso de moda y pronto
abundaron las niñas llamadas Cora.
¿Se parece esto algo al fenómeno de las abducciones?
Bueno, una diferencia fundamental es que El último mohicano
fue un libro muy popular, y que precisamente por su popularidad,
tuvo ocasión de ejercer una fuerte influencia en la vida
real. Kottmeyer encontró a sus alienígenas de ojos
grandes en Killers from Space, una película muy
menor de los años 50, que nunca alcanzó la menor
popularidad. Resulta fácil ver como un nombre romántico
en una novela popular puede acabar pasando de la ficción
a la realidad, pero resulta difícil comprender cómo
o por qué una característica de unos alienígenas
en una mala película podría llegar a convertirse
en uno de los elementos más prominentes de algo tan difundido
y potente como el fenómeno de las abducciones. (Incluso
los propios escépticos reconocen su poder, cuando lo llaman
un mito moderno).
Otro ejemplo podría ser la palabra "grok",
inventada por Robert Heinlein en
su novela de los años 60 Extraño en tierra extraña,
y que ahora está volviendo a ponerse de moda. De hecho,
acabo de leer esta explicación sobre su origen en un periódico
reciente. Una vez más, no existe la menor analogía
con esos detalles de la SF que supuestamente acaban incorporados
en las creencias abduccionistas, pues este libro fue un verdadero
fenómeno en sí mismo durante los años 60,
algo que era casi obligatorio leer, si querías formar parte
de la contracultura. Las películas de SF mencionadas por
Kottmeyer no tienen este tipo de fuerza.
Un tercer ejemplo, quizá más relevante,
podrían ser las teorías conspirativas. Llevan siglos
entre nosotros (por ejemplo, en el siglo XIX, muchos americanos
creían que los católicos eran algo así como
un movimiento satánico subterráneo, obedeciendo
órdenes del Papa para asesinar a bebés no católicos).
Pero en las últimas décadas, realmente las teorías
conspirativas se han puesto de moda. Sería razonable teorizar
que todo ello deriva de las especulaciones sobre el magnicidio
de John F. Kennedy, combinado con
los asesinatos de Martin Luther King
y Robert Kennedy. No resultaba nada
ilógico, especialmente en aquellos momentos, rechazar las
explicaciones oficiales y buscar una trama más profunda
que pudiese explicar por qué esos tres asesinatos tuvieron
lugar más o menos al mismo tiempo.
Una vez que las explicaciones conspirativas empezaron
a adquirir cierta legitimidad, se extendieron con rapidez. Pero,
¿tiene esto algo que ver con las abducciones? No, porque una vez
más, su impacto proviene de algo que era muy importante,
en este caso, algo absolutamente central para nuestra vida política
y social. Por contra, Kottmeyer nos pide que creamos que un
elemento relativamente menor de la cultura popular (y ejemplos
todavía menores de los mismos) podrían haber
ayudado al nacimiento de algo tan poderoso como han llegado a
ser las abducciones en la actualidad.
Estoy seguro de haber pasado por alto algunos otros
ejemplos evidentes de cosas que han pasado de la ficción
a la creencia. Me encantará conocerlos. (Aunque, se me
acaba de ocurrir, quizá no sea tan fácil que las
cosas arraiguen de esta forma. Consideremos a los vampiros -todas
esas películas de vampiros, el gran éxito de Anne
Rice- y sin embargo, apenas nadie cree que los vampiros sean reales).
Para terminar, ¿quedó alguien confundido
por el pasaje de Borges que citaba al final? Me parece que no
supe explicarme claramente: Borges se está refiriendo a
los predecesores de todo gran escritor. Su ejemplo es Kafka. Examinando
la literatura del siglo XIX, llega a encontrar tres anticipaciones
de Kafka. En el fondo del asunto subyacen las distintas luchas
entre críticos literarios, capaces de afectar a las reputaciones
incluso de los más famosos escritores, como si de la Bolsa
se tratase. Ocasionalmente, un crítico puede devaluar a
un autor encontrando escritores precedentes que hicieron algo
similar. Ello hace que el autor en cuestión pierda la aureola
de originalidad.
Borges nos previene contra tal idea. Los precursores
de Kafka que él mismo encontró no tenían
nada en común entre ellos. Nada los relaciona excepto el
propio Kafka, razón por la cuál puede decirse que
él creó a sus predecesores. Los tres ejemplos citados
por Borges no significarían nada para ningún crítico
literario si Kafka no hubiera existido. Ningún crítico
los habría relacionado entre sí, ningún crítico
hubiera imaginado que tenían el menor significado. Por
tanto, la influencia trabaja hacia atrás. Estos tres precursores
aparentes no influenciaron en Kafka; en cambio, Kafka es quién
influye en ellos, al otorgarles un significado que no tendrían
sin él.
Si esta línea de razonamiento resulta demoledora
hablando de crítica literaria, ¡cuánto más
lo será si nos referimos a la vida real! Kottmeyer piensa
que las películas de SF influyen en los relatos de abducción.
Sus ejemplos son, en su mayoría, películas sin
importancia, y lo que es peor, detalles casi aleatorios encontrados
en dichas películas. Si el fenómeno de las abducciones
no existiese, nadie habría prestado la menor atención
a dichos detalles. Si hiciésemos un listado con los principales
elementos de las películas de SF de los años 50,
los alienígenas con grandes ojos y los embarazos misteriosos
ni se mencionarían. Ciertamente, no tienen comparación
posible con los insectos gigantes, o con los monstruos en general,
que tan de moda estaban por aquel entonces.
¿Cómo podemos, entonces, decir que estos
detalles menores han llegado a influir en algo con unas raíces
aparentemente tan profundas como el fenómeno actual de
las abducciones? Borges nos ayuda a ver que, también en
este caso, la influencia puede muy bien funcionar en sentido contrario.
El sentido común ya nos dice que no es muy probable que
unos detalles menores en unas películas de los años
50 emerjan con tal fuerza 20 años después. Pero
Borges nos demuestra que el fenómeno de las abducciones
puede atraer a su alrededor a diversos elementos aleatorios de
nuestra cultura, convirtiéndolos (al menos, para Kottmeyer)
en algo mucho más importante de lo que realmente son.
Traducido por Luis
R. González Manso
NOTAS
(*) La primera parte de la réplica fue publicada
el 9 Noviembre de 2000en UFO Updates Mailing List (www.ufomind.com/ufo/updates),
y la segunda el 10 de Noviembre de 2000, en el mismo foro.
- También existe una versión
disponible en mi página electrónica, http:/www.gregsandow.com/ufo
(eliminen el "ufo" del final si prefieren leer mis escritos
sobre música).
- Ring & Rosing, "The Omega Project: A Psychological
Survey of Persons Reporting Abductions and Other UFO Encounters,"
Journal of UFO Studies, v. 2; Rodeghier et al, "Psychosocial
Characteristics of Abductees: Results from the CUFOS Abduction
Project," Journal of UFO Studies, v. 3 [new series];
Donald Johnson, "Personality Characteristics of UFO Abductees,"
in Andrea Pritchard et al, eds., "Alien Discussions," North
Cambridge Press, 1994.)
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