[POLÉMICA]

TOTALMENTE PREDISPUESTO: RÉPLICA
UFOLÓGICA A MARTIN S. KOTTMEYER *
Por Greg Sandow
El ufólogo Greg Sandow constituye uno de los pocos intentos por refutar la tesis de Kottmeyer según la cual la ciencia ficción juega un papel crucial en la génesis OVNI. Sandow aduce que Kottmeyer no puede probar que las coincidencias que descubrió signifiquen algo.

 

Me alegro que el atolondrado de Martin S. Kottmeyer se haya decidido a contestar (en las páginas de Magonia) las críticas que de sus trabajos hice en mi ensayo "The Abduction Conundrum" (El Enigma de las Abducciones), publicado originalmente en The Anomalist (1). Siempre me he preguntado cómo Kottmeyer, que ya me parece bastante absurdo cuando habla por sí sólo, llegaría a comportarse en un debate. He quedado defraudado. Para ser honestos, ni siquiera creo que Kottmeyer entendiese lo que escribí.

Para empezar yo no creo haber admitido que cualquiera pueda encontrar antiguos relatos de ciencia-ficción (SF en adelante) que anticipen fragmentos de las narrativas de abducción actuales. Más bien, podría decirse que yo me reía "por lo bajini" -o incluso que llegaba a hacerlo abiertamente - de lo sencillo que resulta hacerlo. El verdadero problema está en demostrar que todas esas anticipaciones tienen algún significado.

Todo depende de lo que uno quiera decir con la palabra "elementos". Resulta extremadamente sencillo encontrar "elementos" de los relatos de abducción en la ciencia-ficción, si por "elementos" nos referimos a detalles aislados, extraídos de su contexto original y comparados con detalles de abducción, igualmente extraídos de su contexto. Y esto es exactamente lo que hace Kottmeyer. Como yo decía en mi artículo:

"¿Insiste Budd Hopkins en que los relatos de abducción no aparecen en la ciencia ficción? ¡Ajá! Quizá los alienígenas dejen sus marcas en los cuerpos de quienes abducen, pero ese detalle ya aparecía en la película de 1954 Killers from Space. ¿Se quedan embarazadas de forma misteriosa las mujeres abducidas? Lo mismo ocurre en Village of the Dammed (El pueblo de los malditos) ¿Los alienígenas tienen ojos enormes? Ver Invasion of the Saucer Men (La Invasión de los Hombres del Espacio). ¿Son capaces de leernos el pensamiento? Earth versus the Flying Saucers (La Tierra contra los platillos volantes)."

Nótese que todos estos "elementos" han sido arrancados de su contexto original y comparados con "elementos" del fenómeno abducción, también aislados del contexto. El significado de estos "elementos", tal como aparecen en esas viejas películas de SF mencionadas por Kottmeyer, podría ser completamente diferente de su significado en los relatos de abducción.

Por ejemplo, las mujeres que denuncian haber sido abducidas, en ocasiones aseguran haberse quedado embarazadas sin haber mantenido relaciones sexuales. Naturalmente, tales denuncias son realizadas en solitario. No salen a la palestra acompañadas por docenas de otras abducidas, todas ellas asegurando haber descubierto sus embarazos el mismo día. Más adelante, si hemos de creer esa clase de narraciones de abducción, acaban dando a luz a un híbrido humano -bebés alienígenas que les son arrebatados para ser criados y educados por los alienígenas a bordo de sus naves, aunque de vez en cuando necesiten los abrazos y demás atenciones de sus madres naturales.

Village of the Dammed (El pueblo de los malditos) nos cuenta una historia muy distinta. En este caso, es todo un pequeño pueblecito británico el que queda de alguna forma aislado del mundo que los rodea. Nueve meses después del suceso, todas las mujeres del pueblo dan a luz a niños que se desarrollan de forma muy peculiar (llamativamente rubios, impasibles, y con unos ojos irresistibles). Todos los niños trabajan al unísono enfrentándose a las autoridades terrestres, un escenario a años-luz de distancia de las historias sobre embarazos que aparecen en los relatos de abducción.

Por decirlo de una forma muy clara, Kottmeyer no es capar de distinguir el bosque de los árboles. Sus ideas resultan vulgares al ser tan ciegamente literales. Budd Hopkins dijo algo en la línea de argumentar que la narrativa abduccionista no aparecía en la cultura precedente. Kottmeyer intenta refutarlo encontrando algunos elementos aislados. Estos elementos están tomados de contextos tan diferentes que, para mí, más bien refuerzan la verdad de lo afirmado por Budd.

Desde luego, Kottmeyer es muy libre de disentir, pero es que además, incluso su metodología es defectuosa. En cualquier investigación social seria, la gente no se dedica a afirmar que algunas similitudes son significativas sin (1) establecer medidas cuantitativas precisas de lo que están tratando de demostrar; y/o (2) establecer alguna autoridad más allá de su propia opinión que reconozca las similitudes propuestas.

Para adoptar esta segunda aproximación, es necesario reunir un grupo de personas que puedan actuar como jueces imparciales. Se les entrega como lectura diversos relatos de abducción y luego se les muestra Village of the Dammed. A continuación se les pide que comparen ambas narraciones en base a una escala numérica de similitud, desde 1 (sin parecido) hasta 5 (similitud casi total). De esta forma, puedes presentar tu propia opinión en el contexto de las ideas de terceras personas. Y con ello, no simplemente demuestras haber encontrado ciertas similitudes, sino que muchas otras personas también las consideran como tales.

Por su parte, el primer enfoque pasa porque especifiques lo que estás tratando de probar, y cuales serán los patrones por lo que se considerará o no probado. Por ejemplo, si estás tratando de probar que las historias de abducción tienen unos antecedentes tangibles en la SF precedente, puedes seleccionar una docena de elementos de estos relatos y tratar de establecer con que frecuencia aparecen en las historias de SF, y en qué combinaciones.

Supongamos que has escogido (entre otros) los tres elementos que mencioné al describir la forma de trabajar de Kottmeyer: marcas que aparecen en los cuerpos de los abducidos, alienígenas preñando a sus abducidas, y alienígenas con ojos grandes. Tu hipótesis es que estos elementos pueden encontrarse en la SF clásica, y que existe algo más que una conexión casual entre su aparición en dichos relatos y en los informes de abducción. En otras palabras, quieres demostrar que su aparición, primero en los relatos de SF, y posteriormente en los informes sobre abducción, es algo más que una mera coincidencia.

Para conseguirlo, debes específicar primero cuales serán los patrones por lo que se considerará o no probado tu aserto. Puedes decir, por ejemplo, que considerarás probada tu teoría si los elementos que has citado se dan con mayor (o al menos) igual frecuencia en los casos de abducción y en los relatos de SF; en otras palabras, cuando demuestres que son elementos importantes para ambas narrativas. También podrías además demostrar que se presentan en las mismas combinaciones. ¿Con qué frecuencia aparecen juntos estos tres elementos en los informes de abducciones? ¿ Con qué frecuencia denuncian las mujeres haber sido secuestradas por alienígenas de grandes ojos, haber quedado embarazadas de resultas de tales encuentros y haber encontrado marcas en sus cuerpos? ¿Y con qué frecuencia aparecen esos mismos tres elementos en la SF?

Para alcanzar alguna conclusión, te dedicas a leer una gran cantidad de informes sobre abducciones, construyendo tablas que muestren la frecuencia de aparición de cada elemento aisladamente y de forma conjunta. Al mismo tiempo, analizas otro gran número de relatos de SF, te pasas horas viendo películas de SF y acabas elaborando el mismo tipo de tablas. Y comparas los resultados. Me permito sospechar que acabarás encontrando que esos tres elementos son muy comunes en los relatos de abducción pero muy poco frecuentes en las historias de SF. También sospecho que la combinación de los tres se dará con mucha mayor frecuencia entre las abducciones.

Reconozco de entrada que no he hecho nada de esto, así que mis sospechas no tienen gran valor. Pero tampoco Kottmeyer ha hecho nada similar, y sin embargo parece actuar bajo la premisa de que el mero hecho de encontrar una anticipación de cualquier elemento de una abducción en cualquier ejemplo anterior de SF (incluso si sólo aparece una vez) resulta significativo. Esta es la razón por la que califico sus razonamientos de vulgares. Se limita a guiarse por lo obvio, sin darse cuenta de todas las presunciones no contrastadas que subyacen bajo sus palabras. No parece tener la menor idea de como funcionan las ciencias sociales, ni de lo que pude constituir una prueba.

(NdT: aquí el autor repite párrafos de su texto original)

Por otro lado, ¿por qué debería yo aceptar "el montaje interpretativo desarrollado por David Jacobs, Hopkins y Bullard", i.e. que los alienígenas llegaron a nuestro planeta en torno a 1947? ¿Dónde he dicho que esté de acuerdo con ellos? Quizá parezca que estoy defendiendo algunos aspectos del mismo, pero eso no significa que yo esté plenamente de acuerdo con ellos. Una vez más, Kottmeyer está jugando al pilla-pilla.

Además, en la actualidad Dave (Jacobs) afirma (en The Threat) que los alienígenas empezaron su programa de abducciones a finales del sigo XIX. Así que, evidentemente, ya estaban aquí mucho antes de 1947. Desconozco si Budd (Hopkins) ha señalado alguna vez una fecha para la llegada de los alienígenas. El año 1947 es la fecha generalmente aceptada, porque fue entonces cuando los informes sobre OVNIs empezaron a ser tan frecuentes que no podían seguir pasando desapercibidos, pero eso no significa (incluso asumiendo que los OVNIs sean alienígenas) que los extraterrestres no puedan haber llegado aquí mucho antes.

Finalmente, resulta casi una afrenta ver como Kottmeyer relaciona a Eddie Bullard con Budd y Dave en un mismo párrafo. Eddie (un verdadero agnóstico de las abducciones, a pesar de los problemas que sus investigaciones acarrean para los escépticos) nunca jamás ha declarado pensar que los alienígenas estén aquí. Sumarlo al carro con Budd y Dave me parece absurdo y fruto de una clara ignorancia.

Me encanta ese párrafo donde se me califica de loro. Para empezar, Kottmeyer encuentra en la SF clásica algunos detalles aleatorios similares a los que se incluyen en las abducciones, y asume que esos relatos de SF han ayudado en alguna forma a generar los actuales casos de abducción. Entonces encuentra en uno de los libro de Dave Jacobs algo como lo que yo he dicho, y asume que yo me dedico a repetir "como un loro" lo que Dave escribió. Ni siquiera que Dave pudo haberme influenciado, sino que yo me dedico a repetirlo, como si los escritos de Dave hubiesen servido de pauta para los míos.

Bueno, al menos Kottmeyer es coherente. Otra vez parece incapaz de concebir que yo haya podido llegar independientemente a la misma conclusión que Dave, ni que quizá me limité a exponerlo así en mi artículo porque habiendo meditado la cuestión, llegué a la conclusión de que en ese punto estábamos de acuerdo.

Pero lo realmente divertido es donde dice: "Sandow pretende que yo respondiese en un artículo escrito en 1990 a un argumento que no fue formulado hasta dos años más tarde". No, lo que Sandow está diciendo es que ese argumento resulta tan obvio que el propio Kottmeyer debería haberlo pensado por su cuenta, y que nadie que no estuviese limitado por una mente inexorablemente literal hubiera entendido de qué va el debate actual, y hubiese anticipado la objeción más obvia que cualquiera que no estuviese de acuerdo con él le plantearía.

Pero es que Kottmeyer no parece entender cuál es el meollo de la cuestión. Parece incapaz de comprender que es la narrativa abduccionista en su totalidad la que Budd y otros consideran única, y que por consiguiente, el hallazgo de detalles aleatorios de la misma en la SF precedente no prueba nada en absoluto.

Eso me recuerda (aunque sea una digresión) a las decenas de pleitos que sufren las estrellas del rock por parte de letristas o músicos desconocidos. "Vd. asegura haber escrito personalmente ese gran éxito, pero yo mismo escribí la melodía ¡hace diez años!". O, más bien, lo que escribieron era algo que sonaba como una pequeña parte de la melodía en cuestión. Estos músicos desconocidos nunca ganan esos pleitos, y ello es así porque los jueces y jurados saben que, considerando los millones de personas que escriben canciones, los parecidos ocasionales son inevitables. Así, la sinfonía "Heroica" de Beethoven comienza con un tema que también aparece en la obertura de una opera apenas conocida escrita por Mozart a los 12 años, pero nadie piensa que Beethoven le robó la idea a Mozart.

E incluso cuando un compositor repite de forma consciente algo escrito por otra persona, el parecido sigue sin tener gran significado, porque el contexto de ambas obras puede ser muy diferente. Cuando Brahms (que en esa época de su vida era ya un compositor maduro, con muchas obras maestras a sus espaldas) dio a conocer su primera sinfonía, mucha gente señaló un cierto parecido entre parte del tema principal del último movimiento y parte del famoso tema del último movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven. Para Brahms, sin embargo, no había ninguna duda. "Lo más asombroso", contestaba cada vez que alguien sacaba la cuestión, "es que cualquier tonto puede reconocerlo". Y así es, más o menos, como yo mismo me siento respecto de las semejanzas mucho más triviales que Kottmeyer encuentra.

Antes, Kottmeyer, desconociendo dónde se situaba Bullard en el debate sobre las abducciones, lo agrupaba con Budd y Dave. Y ahora, al tachar como embarazoso ese elemento del seguimiento permanente de los abducidos por los alienígenas, decide qué partes del escenario abduccionista tienen importancia y cuáles no.

Claro que estamos de acuerdo en que necesitamos pruebas materiales de las abducciones. Pero una vez más, Kottmeyer confunde totalmente mis palabras. Lo que yo quiero decir es que su teoría debe permitirnos determinar si es cierto que la SF influencia los relatos de abducción. Esto es, él debería presentar unos criterios claros que permitan decidir si tal influencia es, o no, real. Criterios que, además, deben ser verificables. Yo mismo apuntaba una forma de hacerlo: elaborando predicciones.

Pero Kottmeyer empieza por refutar las predicciones de los abducidos, respaldadas por Jacobs o Mack. Yo hubiera preferido que él mismo ofreciese sus propias predicciones a partir de su teoría, para poder determinar si ésta es correcta.

Cuando finalmente ofrece algo razonable, relevante y concreto, Kottmeyer se basa en un estudio de 14 abducidos. No puede decirse que sea una muestra muy significativa y además, me pregunto cómo fueron escogidos (y está es una pregunta real, no retórica). Al menos, ¿habrán sido examinados sus relatos de abducción por un investigador cualificado? Por último, recordaré que han existido otras predicciones de la hipótesis psicosocial, como la de que los abducidos tendrían personalidades "tendentes a la fantasía". Tal predicción ha resultado falsa (2).

Sin embargo, lo importante es que yo había pedido hipótesis verificables relacionadas específicamente con las afirmaciones de Kottmeyer sobre la ciencia-ficción, y él me responde con una sobre las hipótesis psicosociales en general.

He mencionado en repetidas ocasiones que nuestras especulaciones (y aquí incluyo también las de Kottmeyer) no resultan de utilidad en un contexto serio, de ciencias sociales. Con ello quiero decir que los científicos sociales pueden haber estudiado ya algunas de las cosas de las que hablamos, por ejemplo, cómo las ideas pasan de la ficción a la creencia. Si vamos a especular con que esto es lo que podría haber ocurrido con las abducciones, es necesario empezar por analizar la literatura de las ciencias sociales, por si apareciera en ella algunos descubrimientos sobre cómo pueden ocurrir esas cosas, o al menos, sobre cómo han ocurrido en el pasado.

Quizá resulte que, en un contexto de una ciencia social en serio, Kottmeyer esté proponiendo algo totalmente novedoso. Por otro lado, también puede ocurrir que lo dicho sea tan obvio que apenas necesite ser probado. Pero él mismo no parece saber dónde está, y para evitarse la responsabilidad de edificar su trabajo sobre una base más sólida, pretende escaparse alegando que yo estoy pidiendo una "gran teoría unificadora".

Desconozco que tipo de lecturas literarias hace Kottmeyer, pero me gustaría recomendarle un ensayo del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, titulado "Kafka y sus precursores". En él, Borges afirma que, de hecho, Kafka creó a sus propios predecesores, al crear algo tan nuevo que sólo "a posteriori" pueden reconocerse parte del mismo en los escritores que lo precedieron:

"Si no estoy equivocado (escribe Borges), estas piezas heterogéneas que acabo de enumerar nos recuerdan a Kafka; si no estoy equivocado, apenas si tienen parecido entre ellas. Este segundo hecho es el más significativo. En cada uno de estos textos encontramos la idiosincrasia de Kafka en mayor o menor grado, pero si Kafka nunca hubiese escrito una línea, seríamos incapaces de percibir tal cualidad; en otras palabras, no existiría... En el vocabulario de los críticos, la palabra 'precursor' es indispensable, pero debe mantenerse limpia de cualquier connotación de polémica o rivalidad. El hecho es que cada escritor crea sus propios precursores. Su trabajo modifica nuestra concepción del pasado, de igual forma que modifica el futuro" (Borges, Laberintos: Historias Selectas y Otros Escritos)

En el mundo de los psicosociólogos, la palabra "precursor" resulta inevitable, pero debería mantenerse limpia de cualquier connotación de causalidad. Si las narrativas abduccionistas no existieran, no encontraríamos ningún significado en los detalles que Kottmeyer identifica en viejas películas de SF, y ciertamente, seríamos incapaces de encontrar cualquier relación entre ellos. No existiría. Es la propia narrativa abduccionista la que ha otorgado significado a esos detalles, o al menos, así lo ha hecho en la mente de Kottmeyer. En verdad, las películas de SF no crearon la narrativa abduccionista. Por contra, es la propia narrativa abduccionista la que convierte a dichas películas en algo mucho más importante de lo que son.

PARTE II: LA PERTINENCIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
([N del Editor] En esta segunda parte Sandow trata de mejorar su intento por desafiar la tesis de la influencia de la ciencia-ficción en los relatos de abducción: el autor defiende que la existencia previa de la c-f no es determinante para explicar por qué surgieron estas historias.)

No estoy seguro de haber escrito toda mi réplica a Martin Kottmeyer tan claramente como debería. Y, en cualquier caso, me gustaría explayarme en un par de puntos.

Primero, ¿por qué necesitamos de las ciencias sociales cuando discutimos sobre las explicaciones psicosociales de los informes OVNI? Esencialmente, por las mismas razones que necesitamos apelar a la Física. Pero en mi anterior nota no di ningún ejemplo concreto, y querría hacerlo ahora. En ocasiones los escépticos, claro está, explican el fenómeno de las abducciones atribuyéndolo a "histeria de masas". Si estuviéramos hablando sobre una luz en el cielo, y un escéptico pretendiese explicarla como un espejismo, tendríamos que discutir sobre la física de los espejismos, para determinar si efectivamente la luz podía explicarse de esa manera. Los efectos ópticos obedecen ciertas leyes, y si la luz no se comporta de la forma en que sabemos que se comportan los espejismos, lo más probable es que no lo sea.

Las ciencias sociales nos ofrecen una alternativa similar, aunque reconozco que no tan rotunda. Por ejemplo, ya he mencionado que los escépticos han esgrimido la "histeria de masas" como explicación de las abducciones. Y sin embargo, de alguna forma, por tratarse de escépticos y de ciencias sociales, nadie se para a preguntarse qué es la "histeria de masas". ¿Existe en verdad tal fenómeno? ¿Qué ejemplos del mismo se conocen? Si existe, ¿está regulada por leyes, como los espejismos? ¿Serían aplicables tales leyes a las abducciones?

En 1992, durante la Conferencia sobre Abducciones que tuvo lugar en el MIT, el sociólogo Robert Hall se refirió a esta cuestión. Describió varios ejemplos de histeria de masas, pero ninguno de ellos se extendió durante mucho tiempo, y todos aparecían centralizados en lugares concretos. Ninguna mostraba un comportamiento como el fenómeno de las abducciones que es internacional y lleva con nosotros bastantes años. Esto, desde luego, no prueba que las abducciones sean reales, pero sí sugiere que la histeria de masas no resulta (al menos en base a los conocimientos actuales) una explicación tan útil. (Desde luego, puede argumentarse que las abducciones son una forma nueva de histeria de masas, pero ese sería un razonamiento claramente circular).

¿Cómo se aplica todo esto al caso de Kottmeyer? Su tesis (parece que no quiere llamarla teoría, quizá porque él la da como un hecho indiscutible) es que una parte crucial de las narrativas abduccionistas se derivan de la ciencia-ficción. Uno de mis reproches es que él no sitúa nada de esto en el contexto de alguna ciencia social. Se encuentra con alienígenas de ojos grandes en una película SF, y los enarbola como si tuviesen alguna conexión con los alienígenas de ojos grandes que aparecen en las abducciones.

Pero, ¿cómo sabe que existe realmente tal conexión? Llegados a este punto es cuando se hace necesario volverse hacia las ciencias sociales, aunque yo soy el primero en no ser un científico social, y por tanto no puedo facilitar los conocimientos necesarios. No obstante, tengo alguna idea de nuestras necesidades al respecto. Kottmeyer cree que ciertos elementos narrativos pueden desplazarse del campo de la ficción hasta llegar a ser percibidos como hechos; que algo como la idea de unos alienígenas de ojos grandes puede empezar en una película y acabar siendo algo que la gente considere real.

Pero, ¿ocurre eso realmente? Cualquier científico social (mejor un sociólogo) podría decirnos si existen ejemplos conocidos de tal evolución. Y en caso de que existan ¿cómo son? ¿Se comportan como el fenómeno de las abducciones, o de forma diferente?

No puedo dejar de dar mi opinión, aunque ya he dicho que no soy un científico social. Yo mismo puedo pensar en varios ejemplos donde algo que comenzó en la ficción ha quedado establecido en el mundo real. Mi primer ejemplo será el nombre de Cora. Hace unos años, quedé profundamente impresionado al descubrir que se trataba de un nombre totalmente inventado, imaginado por James Fennimore Cooper en El último mohicano para hacer que su heroina sonase más exótica y romántica. A sus lectores debe haberles gustado el nombre, porque se puso de moda y pronto abundaron las niñas llamadas Cora.

¿Se parece esto algo al fenómeno de las abducciones? Bueno, una diferencia fundamental es que El último mohicano fue un libro muy popular, y que precisamente por su popularidad, tuvo ocasión de ejercer una fuerte influencia en la vida real. Kottmeyer encontró a sus alienígenas de ojos grandes en Killers from Space, una película muy menor de los años 50, que nunca alcanzó la menor popularidad. Resulta fácil ver como un nombre romántico en una novela popular puede acabar pasando de la ficción a la realidad, pero resulta difícil comprender cómo o por qué una característica de unos alienígenas en una mala película podría llegar a convertirse en uno de los elementos más prominentes de algo tan difundido y potente como el fenómeno de las abducciones. (Incluso los propios escépticos reconocen su poder, cuando lo llaman un mito moderno).

Otro ejemplo podría ser la palabra "grok", inventada por Robert Heinlein en su novela de los años 60 Extraño en tierra extraña, y que ahora está volviendo a ponerse de moda. De hecho, acabo de leer esta explicación sobre su origen en un periódico reciente. Una vez más, no existe la menor analogía con esos detalles de la SF que supuestamente acaban incorporados en las creencias abduccionistas, pues este libro fue un verdadero fenómeno en sí mismo durante los años 60, algo que era casi obligatorio leer, si querías formar parte de la contracultura. Las películas de SF mencionadas por Kottmeyer no tienen este tipo de fuerza.

Un tercer ejemplo, quizá más relevante, podrían ser las teorías conspirativas. Llevan siglos entre nosotros (por ejemplo, en el siglo XIX, muchos americanos creían que los católicos eran algo así como un movimiento satánico subterráneo, obedeciendo órdenes del Papa para asesinar a bebés no católicos). Pero en las últimas décadas, realmente las teorías conspirativas se han puesto de moda. Sería razonable teorizar que todo ello deriva de las especulaciones sobre el magnicidio de John F. Kennedy, combinado con los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy. No resultaba nada ilógico, especialmente en aquellos momentos, rechazar las explicaciones oficiales y buscar una trama más profunda que pudiese explicar por qué esos tres asesinatos tuvieron lugar más o menos al mismo tiempo.

Una vez que las explicaciones conspirativas empezaron a adquirir cierta legitimidad, se extendieron con rapidez. Pero, ¿tiene esto algo que ver con las abducciones? No, porque una vez más, su impacto proviene de algo que era muy importante, en este caso, algo absolutamente central para nuestra vida política y social. Por contra, Kottmeyer nos pide que creamos que un elemento relativamente menor de la cultura popular (y ejemplos todavía menores de los mismos) podrían haber ayudado al nacimiento de algo tan poderoso como han llegado a ser las abducciones en la actualidad.

Estoy seguro de haber pasado por alto algunos otros ejemplos evidentes de cosas que han pasado de la ficción a la creencia. Me encantará conocerlos. (Aunque, se me acaba de ocurrir, quizá no sea tan fácil que las cosas arraiguen de esta forma. Consideremos a los vampiros -todas esas películas de vampiros, el gran éxito de Anne Rice- y sin embargo, apenas nadie cree que los vampiros sean reales).

Para terminar, ¿quedó alguien confundido por el pasaje de Borges que citaba al final? Me parece que no supe explicarme claramente: Borges se está refiriendo a los predecesores de todo gran escritor. Su ejemplo es Kafka. Examinando la literatura del siglo XIX, llega a encontrar tres anticipaciones de Kafka. En el fondo del asunto subyacen las distintas luchas entre críticos literarios, capaces de afectar a las reputaciones incluso de los más famosos escritores, como si de la Bolsa se tratase. Ocasionalmente, un crítico puede devaluar a un autor encontrando escritores precedentes que hicieron algo similar. Ello hace que el autor en cuestión pierda la aureola de originalidad.

Borges nos previene contra tal idea. Los precursores de Kafka que él mismo encontró no tenían nada en común entre ellos. Nada los relaciona excepto el propio Kafka, razón por la cuál puede decirse que él creó a sus predecesores. Los tres ejemplos citados por Borges no significarían nada para ningún crítico literario si Kafka no hubiera existido. Ningún crítico los habría relacionado entre sí, ningún crítico hubiera imaginado que tenían el menor significado. Por tanto, la influencia trabaja hacia atrás. Estos tres precursores aparentes no influenciaron en Kafka; en cambio, Kafka es quién influye en ellos, al otorgarles un significado que no tendrían sin él.

Si esta línea de razonamiento resulta demoledora hablando de crítica literaria, ¡cuánto más lo será si nos referimos a la vida real! Kottmeyer piensa que las películas de SF influyen en los relatos de abducción. Sus ejemplos son, en su mayoría, películas sin importancia, y lo que es peor, detalles casi aleatorios encontrados en dichas películas. Si el fenómeno de las abducciones no existiese, nadie habría prestado la menor atención a dichos detalles. Si hiciésemos un listado con los principales elementos de las películas de SF de los años 50, los alienígenas con grandes ojos y los embarazos misteriosos ni se mencionarían. Ciertamente, no tienen comparación posible con los insectos gigantes, o con los monstruos en general, que tan de moda estaban por aquel entonces.

¿Cómo podemos, entonces, decir que estos detalles menores han llegado a influir en algo con unas raíces aparentemente tan profundas como el fenómeno actual de las abducciones? Borges nos ayuda a ver que, también en este caso, la influencia puede muy bien funcionar en sentido contrario. El sentido común ya nos dice que no es muy probable que unos detalles menores en unas películas de los años 50 emerjan con tal fuerza 20 años después. Pero Borges nos demuestra que el fenómeno de las abducciones puede atraer a su alrededor a diversos elementos aleatorios de nuestra cultura, convirtiéndolos (al menos, para Kottmeyer) en algo mucho más importante de lo que realmente son.

Traducido por Luis R. González Manso

NOTAS

(*) La primera parte de la réplica fue publicada el 9 Noviembre de 2000en UFO Updates Mailing List (www.ufomind.com/ufo/updates), y la segunda el 10 de Noviembre de 2000, en el mismo foro.

  1. También existe una versión disponible en mi página electrónica, http:/www.gregsandow.com/ufo (eliminen el "ufo" del final si prefieren leer mis escritos sobre música).
  2. Ring & Rosing, "The Omega Project: A Psychological Survey of Persons Reporting Abductions and Other UFO Encounters," Journal of UFO Studies, v. 2; Rodeghier et al, "Psychosocial Characteristics of Abductees: Results from the CUFOS Abduction Project," Journal of UFO Studies, v. 3 [new series]; Donald Johnson, "Personality Characteristics of UFO Abductees," in Andrea Pritchard et al, eds., "Alien Discussions," North Cambridge Press, 1994.)

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